P.- ¿De qué trata Aquí
donde no estás?
La novela
se divide en dos bloques que componen un todo. En cada uno de ellos, una pareja
se encuentra en un punto de inflexión y van contando, él y ella en capítulos
alternos, cómo han llegado hasta ahí, cómo ha sido su vida común y la propia de
cada uno. Ese monólogo, quizá para el otro, quizá solo para uno mismo, les
sirve para enfocar la realidad y tomar decisiones.
P.- ¿Cuál es el tema
principal que querías abordar en tu novela?, ¿con qué querías que se quedase el
lector?
Al comenzar
a escribir, no tenía la intención de escribir sobre ningún tema en particular,
solo contar una historia. Pero ahora, ya publicada y con un poco de distancia,
encuentro que esta novela habla de autoconocimiento. Los personajes deben
enfrentarse a sí mismos, cuestionarse y preguntarse quiénes son en realidad y
qué es lo que quieren de verdad. Creo que ese es un ejercicio fundamental que
todos deberíamos hacer.
P.- Alex y Lara, Javier y
Victoria son los protagonistas de los dos relatos. Pero ¿se entrelazan sus
historias de alguna manera o son dos relatos independientes?
Los relatos
son independientes y se puede leer de manera separada, no es necesario leer uno
para comprender el otro. Pero están conectados porque Álex y Victoria son
hermanos. Así, en cada una de las historias aparecen los protagonistas de la
otra y podemos saber más de su vida.
P.- ¿El trasfondo de Aquí
donde no estás es el amor? ¿Qué novelas podrías recomendarnos que traten
este tema desde el punto de vista que te gusta?
El amor es el trasfondo, sí, pero esta no es una novela de amor ni tampoco una novela romántica. El amor está muy presente, porque lo está en cualquier vida, pero no es ni mucho menos una novela rosa. Es un relato intimista que habla sobre dudas y retos universales, son temas que aparecen en cualquier buena novela. Me gusta mucho cómo enfocan estas cuestiones Almudena Grandes, Isabel Allende, Antonio Muñoz Molina, Fernando Aramburu, Isaac Rosa.
P.- Tu obra está
ambientada en Madrid. Háblanos de ese escenario tan conocido por ti. ¿Cómo lo
desarrollas?
Durante los
últimos veinte años, Madrid ha sido el telón de fondo de mi vida. También lo es
de mis personajes. Es un Madrid reconocible para cualquiera, pero a la vez
visto bajo una mirada muy personal. La novela está narrada en primera persona,
así que la ciudad aparece como ellos la ven: unas veces la recorren distraídos,
otras se paran a contemplar un lugar que les llama la atención y lo describen
con detalle...
P.- Has publicado con
Loto Azul Editorial, sello de Olé Libros. ¿Cómo fue la experiencia hasta llegar
a que te contactase una editorial?, ¿pensaste alguna vez en autopublicarlo?
Descarté
desde el principio la autopublicación. Es una vía tan respetable como cualquier
otra y a veces la única, pero pensaba que no era para mí. Yo buscaba ofrecerles
a mis lectores el respaldo y la garantía de una editorial. La búsqueda es
complicada, qué duda cabe, sobre todo para una primera obra, pero cuando te
ofrecen un contrato la satisfacción es inmensa.
P.- Para las dos, la corrección de textos es parte de nuestro día a día. ¿Cómo fue todo ese proceso de corrección visto desde el lado de escritora?
Para
escribir intento dejar de lado las consideraciones profesionales, pues resultan
contraproducentes: me dedicaría a las cuestiones técnicas y no avanzaría en la
escritura. Una vez he terminado de plasmar las ideas, sí reviso mi texto y
trabajo con él de la misma manera que con el de otra persona. Lo he hecho
varias veces a lo largo del proceso (soy muuuy perfeccionista...). Además, el
libro pasó por las manos de una compañera correctora que lo revisó y habló
conmigo de los puntos que le llamaban la atención; fue una bonita experiencia.
P.- Las dos sabemos que
elegir la palabra adecuada es esencial en la narrativa, incluso la elección entre
dos sinónimos aparentemente iguales. ¿Tuviste que borrar y reescribir mucho a
este respecto para encontrar el tono preciso?
No. La
verdad es que no reescribo nunca, que no suelo borrar y que retoco poquísimo.
La historia sale con el matiz que ella misma va pidiendo. En alguna ocasión he
cambiado un término que se repetía por otro similar, pero poco más.
P.- Acabamos de empezar la primavera, ¿nos podrías recomendar una novela amable, que abogue por las emociones bellas?
¡Es tan difícil elegir...! Con este tiempo tan lluvioso que estamos teniendo, me apetece mucho leer literatura inglesa. Contemporánea, alguna de Rosamunde Pilcher, como El regreso. De época, es una hermosa lectura El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett, juvenil pero deliciosa a todas las edades; también cualquiera de Jane Austen: Persuasión, Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio... Tengo pendientes de empezar un título de Elizabeth Gaskell y otro de William Somerset Maugham.
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¿DÓNDE ENCONTRARLA?