Curiosidades sobre «1984», de George Orwell: el futuro en su narrativa

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Se puede decir que 1984 es una de las novelas más leídas de los últimos tiempos dentro de su género, lo que ha llevado a teóricos a debatir sobre los diferentes aspectos de la obra distópica. No es que quiera repetir todos los conceptos que se han dicho ya de 1984, pero sí es cierto que voy a sorprenderos (si es eso posible, tampoco os vengáis muy arriba) con tres curiosidades que más tarde podréis compartir este fin de semana con vuestros amigos de copas. ¿Estáis listos?



EL FUTURO


Una de las curiosidades de las novelas que tratan sobre el futuro, ya sea utópico o distópico, es que no pueden estar narradas en futuro. Y esto puede resultar una paradoja, porque la acción no sucede en el momento presente. Esto ocurrió con la novela Una vida muy privada, de Michael Frayn, donde sí comenzó a escribirla en un tiempo futuro, pero no lo pudo sostener por mucho tiempo, por lo que pasó a un tiempo presente. ¿Sabéis cuál es el tiempo natural para escribir una novela? El pretérito es el tiempo preferido, ya que cualquier cosa que ha sido escrita debe de haber sucedido ya. 


Sí, 1984 es una historia que nos habla sobre un futuro, y sí, está escrita en pretérito. El tiempo ha sucedido ya, todo lo que les ocurre a los personajes: la rebeldía de Julia, la relación que tiene ella con Winston o quién delata a quién al final de la novela distópica está escrito en pasado. Por lo tanto, para nosotros 1984 ha sucedido ya. No obstante, cuando Orwell la escribió, estaba imaginando el futuro, y para que tenga sentido, nosotros tenemos que considerar la obra como una novela, no histórica, pero sí profética. ¿Y cómo se consigue esto? Usando el pretérito como tiempo verbal para asignar a su descripción del futuro una apariencia novelada de la realidad. 

 


RECURSOS DE ORWELL


George Orwell escribió la historia entre 1947 y 1948, o sea, ambientó la novela treinta años más tarde de su momento presente, y quizá con ella intentaba advertir a sus coetáneos de la política tiránica y totalitaria que él presentía que iba a llegar, que sería incluso peor que lo que se estaba viviendo en el momento. Y esto ya se vislumbra en el título de la novela: 1984. No refleja la realidad que estaba viviendo, sino que retrata de una manera que asusta y alarma del posible futuro. Pero ¿qué recursos empleó para ello?



  • Se ayudó de muchos rasgos reconocibles de la época de austeridad de la posguerra en Reino Unido. Es más, mientras escribía 1984, estaba bajo vigilancia del Gobierno, que le acusaba de ser comunista. 

  • Leyó noticias sobre la vida de la Europa del Este, suciedad, miseria, opresor, gris, etc. Todo ello conforman una ciudad ruinosa que empleó al describir la penosa atmósfera de Londres.

  • De hecho, hay rasgos del Gran Hermano en la figura de Stalin, pero también en un famoso cartel de la primera guerra mundial, orientado a reclutar jóvenes: Tu país te necesita.




¿QUÉ ESCONDE LA PRIMERA FRASE DEL LIBRO?


Recordemos que 1984 empieza así: 


Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece. Winston Smith, con la barbilla clavada en el pecho en su esfuerzo por burlar el molestísimo viento, se deslizó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria, aunque no con la suficiente rapidez para evitar que una ráfaga polvorienta se colara con él.


En la primera frase hasta el punto sucede algo curioso. Realmente, sin saber de qué genero es la novela, la última palabra nos da muchas pistas de que el huso horario es distinto al de nuestra sociedad, hay algo que chirría, por lo tanto, ese "trece" nos despista. Con una maravillosa economía del lenguaje, ya nos advierte Orwell lo que nos espera. Es un misterio numeral que despierta nuestra curiosidad, y por ello también queremos seguir leyendo. ¿Por qué ha dicho trece y no doce?, ¿a qué se está refiriendo exactamente?  


Por otro lado, si seguimos leyendo, vemos el nombre del protagonista masculino: Winston Smith, clara alusión y homenaje a Winston Churchill, líder de Reino Unido durante la segunda guerra mundial. Sobre los nombres, cabe destacar que Orwell combinó y modificó imágenes del presente de lo que sus lectores ya sabían. Por ejemplo, recoge la historia de Adán y Eva en su relación amorosa entre Winston y Julia, y con el Gran Hermano de por medio (que sería Dios). Solo hay que hacer memoria del Génesis para intuir lo que va a pasar cuando Julia intente cambiar el orden establecido en un estado donde están prohibidas las relaciones sexuales, hay micrófonos en todos los rincones urbanos o existen telepantallas que muestran las caras de los que son contrarios al sistema. 



  • Por cierto, os animo a leer una de mis primeras entradas de mi blog, hará ya unos trece años, sobre Nosotros, de Zamiatin, novela en la que se inspiró Orwell, y así ya veis el despropósito de mis inicios. Que lo disfrutéis. ENLACE



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