M.ª Silvia Eguíluz González (Miranda de Ebro, Burgos, 1978) vuelve a La boca del libro tras su reciente publicación Mira Randa (Valhalla Ediciones, 2023). En 2017 publica, por primera vez, una breve antología de relatos con el título 7 narraciones imposibles y un verso. En 2019 ve la luz su primera novela, La Maldita de Aquende a Allende. También, este año, resulta ganadora del III Premio de Literatura Ilustrada Villa de Nalda e Islallana con su obra: La bruja de Islallana. En 2021, con Entre garnacha y tempranillo, se aventura dentro del género de novela negra o novela policial. Además es miembro de la Asociación Riojana de Escritores.
P.- ¿De qué trata tu novela Mira
Randa, publicada con Valhalla Ediciones?
Se trata de una fantasía urbana,
contada en dos tiempos, el pasado y el presente. En el pasado nos trasladamos
hasta finales del siglo VII, principios del siglo VIII, dentro de un periodo
histórico denominado como «años oscuros». En este tiempo pretérito conoceremos
una parte de la vida de tres hermanas, que viven en una fortaleza junto a una
laguna —hoy desaparecida—, y que tienen mucho que ver con escenario principal
de los acontecimientos en el presente.
P.- Para arrojar algo de luz, ¿qué significa el título?
El título es, por separado, dos
vocablos. Mira, que es un término prelatino que se aplica a una zona donde existe
una amplia extensión de agua. Y Randa, que en la lengua celta tenía como
significado frontera.
P.- Al igual que con tu
anterior novela, El bienhechor dormido (La cabaña del loco, 2022),
también está ambientada en Miranda del Ebro (Burgos). Pero ¿qué leyendas
podemos encontrar en esa zona que se relacionen con la novela Mira Randa?
Ambas obras se gestaron un poco a
la par, y por eso tiene algún punto donde se entremezclan. Por ejemplo, a los
protagonistas presentes, Félix y Gadea, nos lo encontramos nada más empezar la
lectura de El bienhechor dormido.
En cuanto a leyendas… hay ermitaños,
cada uno en su montaña, dos leones enfrentados, águilas, como en el escudo de
la ciudad. Pero todo esto que cuento es fruto de mi imaginación, en esta parte
no hay historia escrita en la que apoyarse porque, entre otras cosas, no
existen documentos de la época. Pero, según avanzaba en la trama, todo iba
encajando más y mejor.
P.- La acción transcurre en el
presente, pero ¿por qué la has querido enclavar también en los siglos VII y
VIII?
Leyendo y leyendo encontré que,
los primeros restos de un asentamiento en el cerro de la Picota, en Miranda de
Ebro, son de principios del siglo VIII. Y, la primera mención de Miranda, en la
historia, se remonta al año 747. Esto determinó el tiempo en que iba a
desarrollarse la acción.
P.- ¿Tuviste que documentarte
mucho sobre la cultura celta?, ¿qué significa el trisquel para ellos?
Sí, me documenté todo lo que
pude, principalmente sobre las costumbres del pueblo autrigón. Las
protagonistas son unas orgullosas descendientes de esta sociedad matrilineal.
Pero también se nombra a berones y vascones.
El trisquel, para los pueblos
celtas, es un símbolo sagrado. Representa la evolución y el crecimiento. El
equilibrio, entre cuerpo, mente y espíritu. Y, algo también muy presente en la
trama, pasado, presente y futuro.
P.- ¿Qué le dirías a un amante
de la historia burgalesa sobre por qué leer tu novela?
Que no lo lea como una novela
histórica, pues no lo es. Pero sí con curiosidad, porque entre la ficción hay
mucha historia, y cosas que, tal vez, sean desconocidas para muchos. Yo misma,
por ejemplo, no supe de la existencia de la laguna de Bilibio hasta que empecé
a documentarme.
P.- La cubierta es preciosa,
¿cómo fue el proceso?, ¿te enseñaron más y tú elegiste una?, ¿les orientaste un
poco con lo que querías?
P.- Tu anterior novela, El
bienhechor dormido, es una ficción histórica. Está claro que la historia te
gusta, pero ¿por qué ahora nos has querido sorprender con fantasía? Cuéntanos
cómo es tu relación con este género.
Con la fantasía me enganché a la
lectura e hice mis primeros pinitos como escritora. Mi primera novela, La
maldita de Aquende a Allende, es fantasía. En realidad, sin duda, es el
género en el que me siento más cómoda dejando volar la imaginación.
P.- ¿Qué novelas de fantasía
te han marcado especialmente?
Drácula de Bram Stoker, Frankenstein
de Mary Shelley, y Los ojos del dragón de Stephen King son mi top tres.
P.- Eres óptico-optometrista y
titulada en audioprótesis. ¿Te ayuda de alguna manera tu profesión con tu
faceta de escritora?, porque recuerdo que Entre garnacha y tempranillo
(Célebre Editorial, 2021) sí hablabas un poco de tu profesión.
En ocasiones enseño la patita,
como Entre garnacha y tempranillo, y dejo que la óptica y la escritora «jueguen»
juntas. Pero, en estas dos novelas, mi profesión en realidad me ha servido para
desconectar y, mientras estaba en el trabajo, dejar de lado la vida de mis
personajes. A veces, mientras se escribe, pueden llegar a ser muy absorbentes.
P.- ¿Podrías recomendarnos una
novela de una escritora de ciencia ficción o fantasía de nuestro país?
Sí, y es compañera en la
editorial de fantasía y ciencia ficción Con Pluma y Pixel. Se trata de Jennifer
Ariño Merino. Son obras suyas El volante invisible, Nueve fantasmas
y Las balas de la memoria. Muy recomendables todas.
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