M.ª Silvia Eguíluz González (Miranda de Ebro, Burgos. 1978) es óptico-optometrista de profesión y escritora por vocación. En 2017 publica, por primera vez, una breve antología de relatos con el título 7 narraciones imposibles y un verso. Es en 2019 ve la luz su primera novela, La Maldita de Aquende a Allende. También, este año, resulta ganadora del III Premio de Literatura Ilustrada Villa de Nalda e Islallana con su obra: La bruja de Islallana. En 2021, con Entre garnacha y tempranillo, se aventura dentro del género de novela negra o novela policial. También ha participado en numerosas antologías. La más reciente ha sido Viñas de Marte, con un relato de ciencia ficción de sabor muy riojano. Además es miembro de la Asociación Riojana de Escritores.
P.- ¿De qué trata El
bienhechor dormido?
Es una ficción histórica. Una historia contada en distintos tiempos, aunque la mayor parte de la narración transcurre durante los años de la guerra de la Independencia española. Así pues hay planes secretos, luchas, batallas, emboscadas, pero también amor. A lo largo de novela se presentan distintos personajes. Unos van cambiando, a otros los vemos crecer y evolucionar, pero tan solo uno se mantiene en todos los momentos. Este es Pedro Pascual Martínez, el chantre la Calahorra, el bienhechor dormido.
P.- ¿Por qué has querido
ambientar la novela en Burgos?
La historia vino a mí así. Todo empezó durante la presentación de mi primera novela, La maldita de Aquende a Allende, en su casa, en mi ciudad. Esto fue por enero de 2020. Uno de los asistentes me propuso volver a escribir eligiendo de nuevo, como ambientación principal, la localidad que me vio nacer. Me puso sobre la pista del gran proyecto napoleónico que tenía el emperador para Miranda de Ebro, y que nunca llegó a materializarse. Así fue como comencé a investigar, a consultar distintos libros y a recabar información sobre personajes que llamaban mi atención por interesantes. Pero fue un dato concreto, algo referente al chantre de Calahorra, una fecha, la que constituyó la pieza fundamental, y que me faltaba, en el puzle. Ahí terminé de construir toda la historia dentro de mí cabeza. Después, el resto, simplemente fue sentarme a escribir e ir completando huecos con más documentación.
P.- Hablas de Napoleón, ¿por qué has querido meter a este personaje?, ¿qué aspectos te atraen de él?
Por el momento histórico. La trama principal se desarrolla entre 1808 y 1814. Pero en 1795, durante la guerra contra la Convención, las tropas francesas se vieron obligadas a detener su avance en Miranda de Ebro. Supongo que fue esto lo que propició que el emperador proyectara transformar la ciudad en una cabeza de puente inexpugnable. Napoleón no es un personaje que me atraiga especialmente, pero he disfrutado mucho indagando sobre su hermano José.
P.- ¿Cómo ha sido tu proceso de documentación para la novela? Supongo que te habrás empapado de referencias napoleónicas.
Ha sido largo, muy largo. He leído libros que recreaban la época con precisión, muchos trabajos, documentos, blogs… Cada vez que daba con un personaje real que decidía incluir en la trama se abría una línea de investigación paralela. Sin duda he aprendido muchísimo más escribiendo esta novela, sobre este periodo histórico, que durante mis años de estudiante. Y no era mala alumna de historia.
La fecha del traslado de sus restos, hasta su actual ubicación fue el click que puso en marcha toda la trama. Por eso decidí convertirlo en el protagonista silencioso de la novela.
El chantre fue un importante bienhechor de la ciudad, tanto en vida como tras su muerte. La incorruptibilidad de su cuerpo aun hoy es todo un misterio. El programa de televisión de Iker Jiménez, Cuarto Milenio, le dedicó un espacio a su figura hace años. En el libro Seis temas mirandeses, historia y tradición, de Francisco Cantera Burgos, a su figura se dedica el primer capítulo. Yo también he querido rendirle mi particular homenaje. A la gente buena, y que trabaja por mejorar la vida de los demás, hay que valorarla y recordarla siempre.
P.- En una novela con tintes históricos se puede pasar por alto algún dato clave. ¿Tienes miedo, a este respecto de que haya algún anacronismo o error histórico?, ¿tu novela la ha leído algún entendido en la materia?
El miedo a cometer algún error siempre está ahí, pero también hay que entender que se trata de una ficción y en algunas cosas me he tomado «licencias». Una muy clara tiene que ver con un personaje, que en el libro viene aclarada con una «nota de la autora.» Pero, en general, he buscado el rigor.
Me hubiera encantado poder pasar el manuscrito a la persona que más sabe de todo este periodo histórico en mi ciudad, pero desgraciadamente ha sido imposible. Aun así he contado con lectores cero muy buenos conocedores de la historia, y de los que he recibido sabios consejos para tratar de ofrecer una novela de calidad.
P.- Tu anterior novela, Entre garnacha y tempranillo, era policiaca, ¿qué ha cambiado en El bienhechor dormido?, ¿hay elementos en común?
Cambio por completo de estilo y de público potencial. Entre garnacha y tempranillo es una novela policíaca ambientada principalmente en La Rioja, aunque alguna visita a Miranda también se hace. El bienhechor dormido es una ficción histórica donde predomina la acción, y con la que espero acercarme a un público más joven que en mi novela anterior.
Aun así, sí hay elementos comunes. El primero, mi debilidad por recrear historias en los escenarios en que me muevo. El segundo, Lambra de la Fuente. Mi primogénita, la protagonista de mi primera novela, aparece en ambas.
P.- Has publicado con La cabaña del loco, ¿qué tal la experiencia con esta editorial riojana?
Hasta el momento inmejorable. No miento si digo que dentro de La cabaña del loco me siento tan cómoda como entre amigos. Es una editorial pequeña, casi familiar, donde tanto el editor, como el maquetador y sus autores, son todos estupendos.
P.- Eres miembro de la Asociación Riojana de Escritores, ¿qué actividades hacéis en la provincia? Háblanos un poco de vuestra labor.
La Asociación Riojana de Escritores es una de las mejores cosas que nos ha podido pasar a los autores riojanos, en mi opinión. Nos ha servido para conocernos y coordinarnos, y a su sombra han nacido muchas amistades maravillosas.
Gracias a su actividad se han puesto en marcha proyectos muy interesantes como el de Escritores en Ruta, con Biblioteca Activa de la red de Bibliotecas de La Rioja. Encuentros y charlas con escritores riojanos, o que escribimos desde La Rioja, y los lectores de distintas bibliotecas de la provincia. También se ha llevado a cabo la primera Feria riojana del libro. Y, en youtube, pueden verse Los directos de la ARE, encuentros y presentaciones; porque ni durante las restricciones del Covid paramos.
P.- Cuéntanos, ¿dónde y cuándo podremos comprar la novela?
La preventa será a través de la página de la editorial, a partir del verano, aunque aún no puedo dar una fecha exacta. En septiembre esperamos tener la novela en papel.
P.- ¿Podrías recomendarnos una novela ambientada en Burgos o en La Rioja? (a poder ser que sea burgalesa, como la novela, pero si quieres recomendar de las dos localidades, sin problema).
Sin problemas. Para Burgos, la ciudad donde nunca pasa nada, recomiendo Rainbow eyes: Lo que tu mirada esconde, de C. G. Forné. La autora acaba de publicar una continuación, aunque aún no la he leído. Pero para Logroño voy a recomendar dos: ¿Quién ha visto una sirena?, de Mar Aísa Poderoso, y Aras de venganza de Natalia Gómez Navajas. Que decida el lector cuál es mejor, yo no puedo.
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