Prejuicios hacia la literatura romántica

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Las novelas de amor constituyen un género en alza, pero también es verdad que se encuentra relegado por otros géneros con más prestigio. ¿Por qué ocurre esto? En marzo o abril del año pasado puse un story en Instagram sobre una novela romántica, y pregunté si alguien me recomendaba alguna buena historia de amor. Una persona me dijo algo así como que si todavía seguía con los libros de San Valentín. Entonces me puse a pensar. 


¿Hay que tener un día en concreto para leer novela romántica?, ¿ese día solo es en San Valentín?, ¿y qué ocurre con los otros géneros?, ¿también hay un día al año para leer novela negra o novela histórica?, ¿por qué el género romántico está tan encasillado? 


A lo largo de este año he sentido más que nunca el prejuicio hacia la literatura romántica, quizá porque he estado más atenta. Frases tipo los que leen literatura romántica no suelen leer o buf, eso está lleno de clichés han sido la tónica de un género que crea lectores desinformados. Aunque, también yo me pregunto, ¿la literatura negra no tiene clichés? No, qué va (ironía). En novela sí, novela no hay un agente que es relegado del caso y que ese mismo agente lo captura el asesino para intentar acabar con su vida. ¿Os suena? Y, ojo, no estoy diciendo que los clichés sean malos, solo digo que dependiendo del género se miden con un rasero distinto.  


Para abordar este tema, he contado con cuatro escritores, dos de ellos de novela romántica, que me han dado su punto de vista al respecto. A todos ellos los podéis encontrar en el blog: Juan Álvarez López (su última novela, Piedra, papel y Zobeira, ha cosechado muy buenas críticas en los principales portales de Internet), Noelia Hontoria (El hilo rojo de Berlín lo podéis encontrar publicado por Ediciones B, sello de la editorial Penguin Random House) Calista Sweet (autora de varias novelas de amor desde 2015 hasta la fecha, publicada por sellos de Planeta) y Gustavo Sierra (autor de Redención. Nuestro último baile). 



PREJUICIOS


Un tema que me inquieta son los prejuicios hacia las novelas románticas. Ya lo dice Gustavo Sierra, «seguramente más que en otro género». ¿Nunca te has enamorado? Entonces, ¿por qué reniegas de este tipo de novelas? ¿Acaso el amor no interesa? ¿interesan más las historias de violencia y masacre, tipo Juego de tronos? Pues, sí, eso vende mucho más. Ponte a cortar cabezas a diestro y siniestro y nadie te tildará de violento, pero como escribas una bonita historia de amor, la etiqueta de ñoñez aparecerá hasta en tu lápida, amigo. Yo también abogo por la literatura amable, emotiva, pacífica, de amor, de esa que te dan un vuelco en el estómago cuando las lees. Vamos, con las que sientes placer, el mismo que sentiste cuando te enamoraste. 


Sí, las novelas románticas tienen un estigma, «se relaciona novela romántica con novela ligera o pobre de contenido y no es cierto» (Noelia Hontoria). ¿Os creéis que no hay que documentarse, crear personajes, historias, etc.? ¡Claro! Igual que en cualquier otra novela. 


De la misma manera que no todas las novelas históricas son iguales, lo mismo ocurre con las novelas románticas, y es habitual encasillarlas a todas con la misma etiqueta, «que se cuente una historia de amor como hilo principal no significa que todas estén cortadas por el mismo patrón. Cada libro tiene su propia personalidad», dice Noelia Hontoria. Para Gustavo Sierra, es importante que se vea un trasfondo social, histórico o filosófico «y que no trate el amor de una manera frívola, superficial ni de manera egoísta; que ninguno de los dos componentes del romance se imponga sobre el otro ni tengan que renunciar a quienes son para estar juntos».


En más de una ocasión he tenido que oír que estas novelas las leen quienes no leen; es decir, quienes no tienen el hábito de la lectura y de vez en cuando optan por una novela romántica. Y no me he llevado las manos a la cabeza por educación. Ya veis, podría decirse que se aprecia como una novela de género menor, así lo cree al menos Calista Sweet, que se juzga como «una literatura solo para mujeres o una literatura menor». Y estamos hablando de un país donde se escribe muy buena literatura romántica. Entonces, ¿qué está pasando? 



LECTORES


¿A quién consideráis que va dirigida la novela romántica? Yo me inclino más por los adolescentes, ya que hoy en día es un lector que está en alza (de hecho, en la biblioteca de mi barrio ya se ha abierto, por fin, una sección solo de literatura juvenil, antes la literatura infantil y juvenil estaban juntas). Pero hay otros autores, como Juan Álvarez, que consideran que uno de los mayores prejuicios es que se puede pensar que son «novelas destinadas a abuelas con mesa camilla y café con leche y magdalenas». Es posible que esta idea de género sea un tanto sexista, esto opina al menos Gustavo Sierra: «No dejan de verse como novelas destinadas a mujeres de edad madura y algo solitarias o desatendidas, lo cual no deja de ser una tontería, como decir que el público de literatura fantástica son solo frikis». 



TEMAS


¿Qué temas son los más importantes en las novelas románticas más allá de chico se enamora de chica (y sus múltiples versiones de género)? Cada tipo de literatura te hace experimentar y tener sensaciones distintas, «invita a soñar», dice Noelia Hontoria. Ya la novela romántica emociona de manera distinta, y quizá por eso tiene tanto seguidores, «es uno de los más importantes consumidores de libros, según las estadísticas» (Calista Sweet), porque suelen ser novelas amables, felices, alegres, ¿y no es acaso eso lo que queremos en nuestras vidas? Pero, aunque tenga tantos seguidores, no termina de convencer a todo el mundo, se la puede tildar de literatura comercial, o al menos eso es lo que considera Gustavo Sierra, «y eso que no creo que una cosa comercial sea mala por ello necesariamente».


Por supuesto, hay lectores de romántica muy exigentes, y necesitan que las historias sean potentes, que conmuevan. «Si se aborda una problemática social, tienen acción, misterio o aventura para mí es un plus», opina Calista Sweet. 




¡A LEER ROMÁNTICA!


Calista nos recomendaría a Jaen Austin y a las hermanas Brontë como autoras clásicas, y a Julianne Donaldson como referencia contemporánea, ya que «describe con mucha sensibilidad escenas románticas».


Juan Álvarez opta por Luz Gabás, Kate Danon, aunque también Bukowsky, «a su manera, claro».


Noelia Hontoria se decanta por una larga lista de autoras, como María de la Pau Janer, Jojo Moyes, Rebeca Serle, Abril Camino, Alice Kellen, Taylor Jenkins Reid o Nicholas Sparks. Nos alegra ver a un hombre en este género, por cierto. 


Gustavo Sierra nos recomienda a un autor conocido por todos, Tolkien, en concreto la historia de amor entre Aragorn y Arwen (al final del tercer tomo), «se juran amor y ella renuncia a su inmortalidad por estar con él». Pero Sierra también encuentra otros relatos románticos del autor, como la historia de Eärendil, la de Maeglin o la más desgarradora, que es la de los hijos de Húrin. 



💗



Hace un tiempo leí en Twitter una pregunta, si era necesario que una novela tuviera amor para que nos gustase. Bien, opino que no es necesario que tenga amor para que me guste una novela, pero cuando no la tiene, siento que algo falta, es como un fallo en Matrix, como una sonrisa a medias. Por ejemplo, cuando leo novela negra, me encanta que haya una relación de amor, así también lo considera Juan Álvarez, ya que le gusta un libro «con un romanticismo con algo de novela negra», «que mezcle amor con otros aspectos diferentes, que arriesgue vamos». Y así debería ser en muchos casos. 


Miremos el panorama editorial desde otro punto de vista, sin prejuicios. Leamos lo que no nos atrevemos, lo que nos podría tildar de ñoños, de cursis o románticos, porque esas novelas nos traerán la paz, amigos. Nos dejarán sumergidos en un líquido narcótico que nos ayudará a ser más felices. 


Por cierto, ¿y vosotros?, ¿creéis que a una novela le falta algo si no tiene algo de romance?



NOTA 1: Gracias a los escritores Calista Sweet, Gustavo Sierra, Noelia Hontoria, Juan Álvarez López por su punto de vista sobre el tema.


NOTA 2: Me ha costado mucho poder concertar una entrevista con una editorial de romántica. O bien no he recibido respuesta o bien estaban muy ocupados hasta marzo del 2089. Si alguna me lee y quiere aparecer en el blog, bienvenida sea :).

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1 comentario

  1. Pienso que hay varios motivos por los cuales no seduce el género a quienes no les seduce. Sin duda, el marketing tiene que ver. Al menos, en el sentido de que lo que, tradicionalmente, se ha vendido sobre romántica, es novela tipo “Madamme Bovary”, amores muy codependientes disfrazados de libertad, caso de “Crepúsculo” o lo que leí de “History Love” o alguien que es el horror, pero acaba sacando un lado más magnánimo y la otra parte se enamora perdidamente, caso “Tres metros sobre el cielo”.

    Cuando se cita novela romántica, se suele pensar en eso y no en “Mujercitas” u “Outlander”, donde, a juzgar por sus adaptaciones, el biopic y la fantasía histórica tienen mucho peso y los personajes mantienen una negociación más clara sobre lo que quiere cada una de las partes; son realistas.

    También, el espacio que dedica la obra a la historia de amor. Muchas veces, lo que puede ser bonito como detalle o elemento de un punto dado que aporta al conjunto se siente excesivo cuando se convierte en el eje para el desarrollo de la historia. En Tolkien, las historias de amor importan, son hermosas, cautivadoras y espirituales, pero tienen un rol limitado. Son un engranaje para la evolución de los personajes en su camino heroico. Por amor, deciden vivir aventuras, ser mejores personas y ser grandes héroes, o reaccionan al amor de un modo crítico. El hecho de que la Éowyn literaria, pese a estar enamorada de Aragorn, sea profundamente crítica con los dejes machista que este manifiesta, no sólo la hace muy feminista para su época, sino que nos lleva a un amor más realista y sirve, a su vez, para abordar la mejora de Aragorn.

    Otro punto es el psicológico. Cuando has pasado de los 30, de las tres veces en que te has enamorado dos fue no correspondido con momentos bastante complicados en la amistad y otro no diste el paso. Si las potenciales relaciones que has tanteado han sido un fracaso, incluyendo dar con jetas, es muy complicado sentir como auténticos los tópicos. Y mucha gente que conozco ha pasado por malas relaciones, aunque alguna más o menos buena salvo por algún aspecto decisivo. Necesitas algo más realista. Más en la línea de las películas románticas o de Outlander para conectar porque los otros modelos te chirrían.

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