Nací el 1 de junio de 1996 en Segovia. Así que para aquellos que aún no han caído, soy géminis. Y ya sabes lo que dicen, que nos encantan los juegos de palabras y actividades complejas que nos hagan reflexionar, crecer y continuar avanzando. ¿Qué mejor para eso que escribir? Tampoco voy a mentir. Descubrí mi pasión por la lectura cuando era solo una adolescente, pero no fue hasta finales de 2019 cuando me adentré en el mundo literario desde el lado del creador, con la novela romántica contemporánea y obras que abarcan todo tipo de historias inolvidables a través de un estilo claro y envolvente.
P.- ¿De qué trata tu novela Siete vidas para Julia?
Siete vidas para Julia es una historia muy real que trata de Julia, una joven que narra en primera persona las peripecias de su día a día: desde el fracaso laboral en el que el desencadenante es un jefe avaricioso y sin empatía, hasta lidiar con una suegra que sufre el síndrome del nido vacío y una relación de pareja abocada al fracaso gracias al desinterés y la monotonía. En unos pocos capítulos el lector disfrutará además de la visión de Aitor, que narra (también en primera persona) una visión de vivir la vida mucho más atractiva. Figurante en el mundo del cine, atractivo y divertido, llega al corazón de Julia para poner un poquito de sal a sus días. ¿O debería decir azúcar? Y, cómo no, debo mencionar a Marga y Olga. Son las mejores amigas que podría tener la protagonista junto a su abuela Clemen, y sus padres, Antonio y Espe.
P.- Julia y Aitor son los protagonistas de la novela, ¿cómo
los perfilaste?, ¿te basaste en alguien real?
¡Por supuesto! La creación de
ambos surgió a raíz de hacer unos híbridos. Por un lado, fusioné a Aitor Luna y
Liam Hemsworth para dar con el perfil de Aitor Montiel. Por el otro, está Emma
Stone y Marta Hazas, que juntas dieron forma a Julia García. Creo que esto lo
dice todo, pero por si acaso, me gustaría decirte que ambos protagonistas
(tanto Aitor, como Julia) son una maravilla: reales, sencillos, transparentes.
Quizá por eso, lectores y lectoras empatizan tanto con ellos y la historia.
P.- Siete vidas para
Julia es el primer libro de la serie Cosmopolita. Háblanos de estas
novelas, ¿ya las tienes pensadas?
Siempre. Hay gente que escribe un libro en días y luego
estoy yo, que necesito días solo para hilar la trama, días para elegir los
giros y días para crear minuciosamente a cada personaje. La serie realmente es
una bilogía. Solo que todavía no lo sabía. Soy de las que escribe lo que la
historia pide; ni más ni menos. Y Cosmopolita
pide a gritos acabar con la parte final a la que llamo en redes sociales
PROYECTO JYLTDLC (las siglas del título que pertenecen a Cosmopolita 2).
P.- Has autopublicado el libro, ¿cómo ha sido tu
experiencia?, ¿qué es lo que más te ha costado de todo el proceso?
Más que autopublicar, yo lo llamo publicación independiente, porque no hay una editorial de
coedición ni autopublicación de por medio. Tan solo yo, mis lectoras betamayro
(María, Raquel y Elena), tiempo, trabajo, esfuerzo y el arte de Roma García, mi
maquetadora y portadista. En cuanto a la experiencia, diré que está siendo muy
buena. Sobre todo la repercusión que tiene el libro en Amazon en formato
digital. He pasado de tener veinte valoraciones en el libro publicado
anteriormente en una editorial externa a ahora más de cien. Y eso… Saber que te
leen y que disfruten de la historia, es lo más grande que una autora
independiente puede tener.
»Respecto a lo que más me ha
costado, creo que coinciden conmigo muchos autores y autoras: lo más tedioso es
corregir.
P.- ¿Qué elementos tiene que tener una historia de amor para que te atrape?
Supongo que depende de la
persona. En mi caso, considero que una historia me atrapa cuando comparto algo
con los protagonistas (ya sea una vivencia, gustos o pensamientos), cuando los
veo accesibles y sobre todo reales. Me gusta también ver que pasan por un
proceso de autodescubrimiento y evolución. Pero lo mejor es el factor sorpresa.
Las personas que saben usar los giros de manera adecuada, tienen un as bajo la manga. Tampoco hay que
olvidar que toda historia debería tener una buena corrección y una redacción
pulcra. Ni la mejor novela del mundo puede brillar si entre medias aparece un aiga en vez de haya.
P.- ¿Consideras que la novela romántica está menos valorada
que la novela negra, por ejemplo?
Sin duda. Parece que, para
algunos, el género romántico es como para un noble la baja alcurnia: un libro,
sí, pero que carece de valor. Y la verdad es que no entiendo el por qué. Si
somos críticos, la novela romántica es el género más leído en este siglo. Y si
las estadísticas son así, tan malo no será. Además, ¿quién es capaz de mover el
mundo? Tú no. Yo tampoco, pero… ¿qué me dices del amor? Por amor, en Reino
Unido, una madre logró mover un tronco de 250 kilos para salvar a su hijo. Ahí
lo dejo.
P.- ¿Crees que hay prejuicios en torno a la novela
romántica?
Demasiados. Hay que acabar con
los prejuicios en este género. El primero es: estos libros van
dirigidos a las mujeres. Y me gustaría saber por qué. Si no me
equivoco, los hombres también se enamoran, pierden a personas a las que quieren
y han sufrido en algún momento un desamor. La romántica no se puede resumir en
que dos personas se enamoran. Es mucho más: son historias diferentes, tramas
que focalizan más un sentimiento u otro, ganas de vivir, de atreverse, duelo…
»A mí me han escrito hombres
después de leer Siete vidas para Julia, sorprendidos por cómo el libro,
siendo del género que es, les ha podido gustar tanto. Incluso uno de ellos, lo
estaba leyendo por segunda vez. Y a eso me refiero cuando digo que debemos
acabar con los prejuicios: los libros no tienen género.
P.- Eva, eres de Cuéllar (Segovia). ¿Conoces a otros
escritores de tu población?, ¿cómo se comporta allí la cultura literaria?
¡Claro! En la Villa hay varios
autores y autoras, sobre todo de poesía. Y en cuanto a la cultura literaria, se
porta bien, pero siempre se puede hacer por mejorar. No estaría de más
incorporar un Cuéllar Letras o mercadillos literarios, actividades que apoyan la cultura de las
letras y que, además, traerían a autores de fuera a la Villa, incrementando el
turismo local. Aun así, estoy muy agradecida por la parte que me toca. Las
librerías locales siempre muestran predisposición a la hora de dar visibilidad
a mis obras, al igual que los medios de comunicación, el ayuntamiento y la
Biblioteca Municipal.
P.- Comenzaste a leer cuando eras una adolescente, ¿qué
novelas recuerdas con cariño de esa etapa?
Empecé leyendo algunas de Megan
Maxwell, y literal que flipé al descubrir que un libro pudiera engancharme
tanto y hacerme vivir historias sin salir de casa en mi propia piel. Me gustó
especialmente la de Sorpréndeme; con
una protagonista de armas tomar piloto del ejército americano, y un abogado
potente alérgico al compromiso. Luego me aficioné a la literatura de época con
Edenbrooke, de Julianne Donaldson. Sigue siendo una de mis novelas favoritas,
la he releído al menos diez veces. Y ahora, confieso que además de todo eso soy
fanática de la fantasía con pinceladas de romance, y de autoras como Paloma
Sánchez Garnica. Me gustan muchos géneros, no podría elegir uno.
P.- ¿Podrías recomendarnos una novela romántica para
terminar febrero de una autora española?
Sin duda, La sospecha de Sofía.
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ENLACES DE INTERÉS
-Prejuicios hacia la literatura romántica