En esta publicación, quería mostraros mi experiencia con los escritores que han contactado conmigo a lo largo de todos estos años. Veo muchas cosas buenas, pero otras que me dejan totalmente con la boca abierta. No sé si por inexperiencia o por pereza, el escritor no muestra todas sus cartas y el mensaje que me llega, en ocasiones, es mediocre. Por ello, he preparado una lista de consejos que quizá os podrían ayudar a planificar vuestra carrera como escritores, o quizá darle una vuelta a lo que tenéis actualmente. Puede que algunos os sorprendan o no estéis de acuerdo, esto no es una ciencia exacta. Por supuesto, esto es solo mi opinión, y va dirigido a los escritores que quieren mostrar su cara en las redes sociales, no a los que prefieren mantener el anonimato. ¿Estáis preparados?
Hacerse una buena web de autor
Esto es importante de cara a la galería. Os voy a ser sincera, no me gusta las webs de autor que me llegan con la url de blogspot ni wordpress ni las que su plantilla es del siglo III a. C., quizá diseñada por Jordi Hurtado. No, una web de autor tiene que terminar con su .com, su .es o similares, ser visualmente atractiva y dinámica. Y, ¿por qué no?, contar con un blog en el que vas contando tus batallitas en el campo de la escritura o cómo fue el desarrollo de tu novela. Muchos lectores querrán saber las dificultades, anécdotas y momentos divertidos por los que has pasado hasta llegar a escribir una determinada novela. Además, si escribes cada cierto tiempo en el blog, esto aumentará las visitas a tu web. Pero no te obsesiones con esto, hay muchos escritores que simplemente tienen una web escaparate y les funciona.
Mi consejo es que busques un buen diseñador para tu web, o si eres manitas en esto de la composición y aprendes rápido, puedes ver ejemplos de webs de otros escritores. Da igual si son autores consagrados, de estos que parece que nunca han cometido una falta de ortografía en su vida (esto no existe). Lo bueno es coger ideas de aquí y de allá. Por ejemplo, la web de Carmen Posadas es muy completa, y actualiza su sección de Artículos muy a menudo. Sin embargo, la web de Clara Sánchez carece de blog en su web, y ganó el Premio Planeta en 2013. Por cierto, mirad esta de Matilde Asensi, me parece muy original. Y la de la poeta y traductora Raquel Llaneros es más sencilla. Ya veis, todo consiste en buscar inspiración y ver lo que se ajusta más a vuestros gustos.
Hacerse buenas fotografías
Este es un asunto bastante espinoso ya de por sí. Creo que es importante ofrecer una imagen formal, ya que cuando terminas el libro viene la otra etapa: mandar la novela a blogs para que hablen de ella, y si te hacen entrevistas o reseñas, es muy probable que te pidan una foto. Yo, desde luego, lo hago, y la pido con una serie de características (que tenga calidad y esté en formato horizontal). No, luego esa foto no la voy a mandar a grupos de mafias rusas, tranquilidad. Simplemente la quiero para que deis buena imagen y mi blog también la tenga. Por lo tanto, no me sirven fotografías de hace veinte años, en bañador, con chancletas o con un fondo donde aparezca el cartel de Frutas Mari detrás. Creo que es una de las cosas que más cuesta entender; es más, podría hacer una exposición bastante completa de algunas fotos que me mandáis.
Dejar el libro en manos de un corrector
Este punto se lo suelen saltar muchos escritores, y deciden corregir su manuscrito. Total, ¿quiénes, mejor que ellos, para corregir, borrar y saber lo que quiere decir cada oración? ERROR. Debes dejar tu obra en manos de una persona que te lo deje con calidad editorial, porque, seamos honestos, te faltan conocimientos. Un escritor es un escritor, y un corrector es un corrector. No hay más. Si no tienes dinero, te sugiero que emplees todo tu esfuerzo en pulirlo todo lo que puedas, así el corrector te cobrará menos.
Es fácil saber que un libro no ha pasado por un corrector, hay pistas que son evidentes para cualquier profesional. Errores de cacofonía, concordancia, gramaticales o de léxico, o, por ejemplo, usar "comillas inglesas", en vez de «comillas latinas o españolas».
Pero hay más. No solo hay que encargar una buena corrección, sino también la maquetación de tu libro. Os aconsejo que leáis el siguiente artículo, donde muestra dónde pecan los escritores que maquetan sus libros. Y sí, esto también es fácil de reconocer, como dejar líneas viudas y huérfanas o paginar las páginas en blanco.
Presentarse a coloquios
En verdad, aquí todo vale: coloquios, debates, conferencias. Tu libro y su temática lo merecen. Por ejemplo, ¿que tu libro está ambientado en Castilla y León? Busca actividades el día de Castilla y León en tu biblioteca o en centros culturales para que tu nombre comience a ser conocido. Ve a librerías con tiempo (enero, febrero) e infórmate si el Día del Libro organizan algo. De ser así, propón que te gustaría hablar de cómo ambientar una novela en Segovia, por ejemplo. O busca a otros escritores de la zona y hablar de un tema que os una.
Sé imaginativo, no solo hables de lo bello, bonito y barato que es tu libro. Ve más allá. Haz un mapa mental y piensa en todos los temas que orbitan alrededor de tu novela y que pueden interesar a otras personas. Por ejemplo, si tu libro tiene como protagonista a un vampiro, trata en la charla el tema de los vampiros más famosos en la literatura española, o también puedes hablar sobre el proceso editorial hasta que tu libro ha salido al mercado.
Cuidar la ortografía
No te olvides de que eres escritor. Sí, escritor. Y un escritor sabe que los signos de apertura de exclamación e interrogación existen. A mí me escriben muchos escritores para que les reseñe sus novelas o para que los entreviste, pero, sinceramente, he tenido que negar a más de uno por su pésima ortografía, digna de estudio. Me pregunto si redactan igual de mal si escriben a otros medios de comunicación. No lo sé.
Cuida la ortografía y los correos que mandas (tienen que ser profesionales). Te lo tienes que creer. Seguro que has hecho una lista de blogs a los que mandar tu novela. Yo te sugiero que en ese correo te presentes, mandes la cubierta de tu obra, una sinopsis y tus redes sociales. Esto, que parece tan obvio, muchas veces brilla por su ausencia, e incluso la presentación tiene más faltas que en un partido de fútbol. Repito el consejo: sé profesional y escribe como tal.
Hagas lo que hagas, hazlo bien. Hazlo tan bien que cuando la gente te vea hacerlo quiera volver y verte hacerlo de nuevo, y querrán traer a otros y mostrarles lo bien que lo haces. Walt Disney
Tener RR. SS.
A ver, no es un requisito indispensable, pero yo diría que si las tienes, las cuides y aportes información a tus lectores. No les bombardees todos los días con un enlace de tu novela, ve más allá. Habla de todo lo que gira a tu novela. Si es histórica y se ambienta en el barroco madrileño, pon enlaces afines a curiosidades sobre la época, por ejemplo.
Cuando tengo en mis manos un libro autopublicado (si es de una editorial, doy por hecho que si no es el autor, la editorial lo va a poner por sus redes sociales), busco al autor en las redes para ver si se muestra cercano, lo que publica o cuántos seguidores tiene. Y me gusta descubrir que se muestra activo y que puedo contactar con él en cualquier momento. Además, el hecho de que tenga redes sociales viene genial para crear redes y círculos de amigos, conocer a lectores, en fin... estar cada día un poquito más en boca de más gente.
Pero no solo eso, cuando publico una entrevista, siempre etiqueto al autor en Twitter y en Facebook, y esto equivale a que mis seguidores puedes clicar en ese nombre si les gusta la entrevista, pero si no hay redes sociales, las posibilidades de que crezca la madeja disminuyen.
Escribir la páginas de créditos
Si te autopublicas, pon quién ha colaborado contigo. Eso crea riqueza en una novela. La página de créditos debe ir completa, no solo aparecer tu nombre con el típico texto legal de que esta obra no puede reproducirse. Si has contado con tres profesionales, ponlo. No es malo poner que tu novela ha sido corregida, nadie te va a decir que no sabes escribir, y es una ley natural que cometas fallos. Ningún escritor, por importante que sea, escribe bien desde el principio, primero crea un borrador y luego escribe sobre este. Borra y escribe, borra y escribe, y así hasta el final. Y en todo ese proceso, surgen errores normales que luego el corrector pule.
Pero no solo con el corrector, lo mismo ocurre con la persona que maqueta el libro y diseña tu cubierta. Si su nombre aparece, la obra será más rica y creíble. Por cierto, cuando corrijo alguna novela, suelo ponerlo en mis redes sociales, así la conocerán más. Un poco de publicidad no está mal.
¿Por qué has escrito el libro?
Imagínate que estás caminando por Jaipur (India), con una guía turística en la mano y te debates entre ir a ver el Palacio de los Vientos o la mezquita. De pronto, escuchas hablar en español, te emocionas, te giras y ves a un hombre español hablando con, lo que parece, su mujer. Tu instinto te lleva a hablar con ellos, a saber por qué están allí, a contextualizarlos en la India.
Pues lo mismo pasa con un libro. Yo quiero saber por qué ha sido escrito, qué ha llevado a un autor a narrar esa historia y no otra, qué quiere aportar con su libro (no nos vayamos a lo trascendental, hacer disfrutar es una razón de peso para escribir un libro), qué piedras se ha encontrado por el camino o por qué ha optado por esa manera de publicación. Lo que sea, pero elaborado y que ocupe un par de páginas (y, por favor, que vaya más allá de mi editor es sensacional, mi agente editorial es sensacional, todo mi equipo es sensacional y gracias por confiar en mí). Yo creo que eso ayuda al lector a contextualizar al autor, a sacar el lado curioso de la historia, incluso a empatizar con él. ¿Qué editorial hace esto? Pues muy pocas, pero yo os recomiendo una que sí lo hace: Trotalibros.
Y hasta aquí, estos ocho consejos. Puede que estéis más a favor de unos que de otros, pero no están de más conocer todas las vías. Si se os ocurren más, no dudéis en dejarlos en los comentarios. Todos son bienvenidos para crecer como escritores.
Me parecen buenos consejos. Personalmente, con el tema de las comillas, reconozco que no uso las españolas si no es estrictamente necesario, en caso de necesitarse marcar el entrecomillado dentro de la cita, que uso las españolas para la cita general, siempre en textos que vaya a leer alguien que no sea yo, pero lo hago porque les tengo aversión. Las inglesas quedan elegantes, delicadas y bonitas a la vista, pero, con las españolas, no podían haber elegido signo más basto, agresivo, matemático arrejuntado y sin gracia.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el artículo, muy completo e útil.
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