P.- Cuéntanos, Javier, ¿de qué trata Mujeres
prodigiosas?
Mujeres prodigiosas es la historia de un grupo de mujeres que, en la Edad Media organizó una sociedad secreta feminista con unos objetivos altamente ambiciosos que no puedo desvelar. Durante este proceso, que dura siglos, y según somos testigos del devenir de los personajes ficticios de la novela, aparecen personajes reales que han tenido gran importancia para los movimientos feministas.
P.- Háblanos de Tania, ¿cómo es ese personaje y cómo evoluciona a lo largo de la novela?
Tania empieza siendo una adolescente algo tímida cuya
madre (ex atleta) siempre le ha inculcado un gran amor por el atletismo. Tiene
dos amigas que representan o simbolizan dos fortalezas femeninas: Rebe, rapera
experta en el manejo de las palabras, y Estefi, joven de exuberante belleza.
Ambas, mediante sus peculiares filosofías vitales ejercen influencia en la
protagonista.
P.- En Mujeres prodigiosas, tratas también el
olimpismo, ¿por qué has querido abordar este tema?
En la primera parte, el olimpismo es uno de los
asuntos principales porque tiene mucho que ver con los objetivos que acaba
persiguiendo la sociedad secreta y, de este modo, empiezo a involucrar al
lector en la historia.
P.- Madrid, 1892, Sevilla 1482 y Zaragoza 2045. Te
mueves por tres espacios distintos de la historia, ¿qué supone para un escritor
este baile de espacio-tiempos?
Sé que no es lo habitual en una novela, pero la
historia que quería narrar me lo exigía, y fue un reto muy bonito, porque en
cada época tienes que pararte a pensar y a desarrollar un montón de detalles
sobre los personajes y la ambientación para que quede medianamente creíble.
Empiezo hablando del olimpismo asociado a las mujeres para empezar a calentar
motores y no destapar todo desde el principio. Luego mando a los lectores a la
Sevilla del siglo XV porque es ahí donde está el origen de la sociedad secreta.
La tercera y última parte es la historia en sí, la traca final, el desenlace y
quise que adoptara forma de musical rapeado porque me salió así y era una
oportunidad de oro de hablar con humor de los conflictos entre hombres y
mujeres.
P.- ¿Cómo es la Zaragoza de 2045?
A pesar de que, efectivamente, en Zaragoza me sitúo en
un futuro cercano, no hay en la novela ninguna pretensión futurista o de
mencionar cambios políticos o tecnológicos en la sociedad. Lo hice así para
inventarme que los Juegos Olímpicos de 2048 se celebren en Chicago. La Zaragoza
del 2045 es idéntica a la de 2020 y es únicamente el escenario de la tercera
parte.
P.- ¿Cómo te documentaste para ambientar la Sevilla de
1482?, ¿empleas modismos y dialectismos del castellano antiguo de la época?
Para esta parte, la segunda de la novela, busqué
información en diccionarios, en internet y en libros de etimología. Respecto a
la segunda pregunta, en efecto, utilizo algunas palabras, tratamientos y
expresiones que encontré y me parecieron apropiadas para darle un toque antiguo
a los diálogos, pero no aspiro a imitar fielmente el lenguaje de aquella época,
porque todo lo que se pueda ganar en rigor, se pierde en claridad.
P.- Háblanos de la cubierta, ¿por qué elegiste esa?, ¿quién la diseñó?, etc.
La portada, muy minimalista, la hizo Alejandra Sandino
una diseñadora gráfica costarricense, amiga de un amigo mío. La novela tiene
muchos personajes, muchos escenarios y no tenía claro exactamente cómo reflejar
todo esto, así que me puse en sus manos. Ella me dejó escoger entre tres
opciones (con sus respectivos colores y estilos) y opté por esta, que creo que
le da a la novela un toque de misterio.
P.- Ahora que se termina el año, toca hacer recuento
de los libros que hemos leído, juguemos a polaridades, ¿cuál ha sido el libro
que más te ha gustado y el que te ha defraudado?, ¿por qué?
De este año me llevo el buen sabor de boca de un
clásico moderno Los pilares de la Tierra,
una novela muy entretenida, con mucha información de la época medieval y con
constantes giros argumentales. El punto negativo, fue, sin duda La conjura de los necios. Había
depositado muchas expectativas y esperaba reírme con esta obra porque este
libro está siempre en lo más alto de los listados de novelas de humor, pero me
resultó aburrida y decepcionante. El personaje principal no me resulta nada
gracioso.
P.- Tus anteriores libros, Perrerías y Los
conquistadores de la libertad, también los has autoeditado, ¿probaste a
mandarlos a una editorial independiente o desde el principio los querías llevar
por tu cuenta?
Los conquistadores de la libertad, en su primera versión, me lo presentó un amigo que vivía en Barcelona a una editorial con sede allí, pero me lo rechazaron diciendo que no tenían una colección adecuada para incluir mi novela. Perrerías, con otro título y antes de su última versión (porque al publicarlo en Amazon lo pulí y corregí), lo presenté a un concurso que no gané. No lo presenté a ninguna editorial. Mujeres prodigiosas la he autopublicado este año y, una vez publicada, probé suerte con una editorial grande que acepta manuscritos (no hay muchas) a la que no le interesó.
» Sin duda, lo ideal es contar con el respaldo de una
editorial, pero los comienzos son complicados y no es fácil que los editores se
fijen y apuesten por un desconocido hasta que este haya destacado por su
cuenta, con lo que no queda otra que buscarse la vida.
P.- Cuéntanos cómo ha sido tu recorrido en el
aprendizaje de la escritura narrativa. ¿Crees que es posible aprender a
escribir y llegar a ser un bestseller?
Los conquistadores de la libertad fue mi primera novela y, aunque la terminé con veinte
años, la publiqué hace tres. En su primera versión tenía unas ochenta mil
palabras, a la trama le faltaba claridad, había redundancias, sobraban
personajes que apenas aportaban nada, etc. Al corregirla y reducirla a la mitad
tratando de no perder la esencia de la historia, noté que, con el transcurso
del tiempo, había ganado experiencia y tenía más tablas escribiendo. El caso de
Perrerías es prácticamente idéntico.
La escribí con veinticuatro años o así, aunque requirió menos correcciones que
la anterior cuando la publiqué en Amazon en 2016. Con Mujeres prodigiosas he vivido por primera vez la sensación de haber
madurado como escritor, de haber elaborado una novela que cumple unos
estándares de calidad en cuanto a personajes, diálogos, contenido, detalles en
la ambientación de los que carecía en mis comienzos, en los que apenas me
documentaba para escribir.
»Respecto a lo otro, yo diría que para conseguir que una obra sea un bestseller hace falta tener en cuenta varios puntos: 1) Hacen falta personas que te ayuden con la promoción, que es uno de los grandes problemas. Aprovecho para agradecerte, María, que me hagas esta entrevista. 2) Es recomendable ser alguien conocido. Es evidente que ser famoso ayuda y es un gran reclamo. 3) La obra debe tener calidad literaria. Para ello hace falta leer mucho, en general. También es conveniente aprender técnicas en talleres literarios, consultar manuales de estilo, seguir consejos de otros escritores, etc. 4) La novela debe tener un argumento original. Considero que nunca hay que ir a remolque de lo que hacen los demás. 5) Y, por último, creo que uno debe tener ambición y amplitud de miras. Hay que desterrar de nuestra mente frases del estilo de: «Ya está todo inventado en la literatura».
»Con cuantos más factores de estos cinco cuentes, más
probabilidades tienes de que tu obra se convierta en un bestseller. Aprender a escribir, por sí solo, no es suficiente.
P.- ¿Qué novela protagonizada por una mujer, como la
tuya, nos recomendarías para regalar estas Navidades?
Si me permites y aunque más que una mujer es una niña,
me voy a ir a un clásico: Alicia en el
país de las maravillas, que es una novela muy amena y con muchos juegos de
palabras.
*NOTA: Fotografía de cabecera realizada por Javier Cerdán.
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