Nacido en 1979, este manchego de nacimiento y andaluz de adopción, comenzó su carrera en la adolescencia, publicando relatos, poemas y artículos en fanzines de toda España y recibiendo modestos premios y reconocimientos. Se autoeditó una novela corta, un recopilatorio de relatos y un poemario e hizo un parón de más de diez años. Tras ser elegido como Mejor blog de Cine y TV por el periódico 20Minutos en 2016, retoma la escritura, siendo ésta la primera de futuras novelas independientes y de distintos géneros.
P.- ¿De qué trata La última ciudad del mundo, Héctor?
R.- Pues es una historia que transcurre en un futuro no muy lejano, algo más de cien años después de la Tercera (y última) Guerra Mundial. La vida solo es posible en el Valle del Guadalquivir, donde se encuentra la ciudad estado amurallada de Neobética. La sociedad es anacrónica: una mezcla de la Edad Media, los años cincuenta y la actualidad. Algo parecido a 1984 de Orwell, solo que cambiando el tema político por el religioso.
P.- Reconozco que no es muy usual leer una novela ambientada en el Valle del Guadalquivir que sea postapocalíptica. ¿Cómo se te ocurrió la idea?
R.- Quería hacer una obra de ciencia ficción que les pudiera resultar interesante también a lectores que no lo fueran de este género, pensé que desarrollarla en España ayudaría. Es más fácil que se acerquen a entornos familiares que ese nuevo lector pueda identificar. Igualmente, creo que el lector habitual agradecerá una ambientación menos frecuente en este género.
P.- ¿Qué temas tratas en tu novela?
R.- Es una novela transhumanista y tipo río, todo gira en torno a los personajes y en cómo experimentan y reaccionan en ese mundo futuro en el que conviviremos con inteligencias artificiales, cíborgs, clones… Me interesaba mucho plantearme cómo serán nuestras relaciones y también cómo podría afectarnos individualmente y en conjunto una regresión al pensamiento mágico: vivir en un futuro en el que la tecnología y la ciencia prácticamente han desaparecido.
P.- Para abrir boca, descríbenos qué nos encontraríamos si viajásemos al Valle del Guadalquivir del siglo XXVIII.
R.- Prometo ante todo un viaje entretenido, sin tiempo para aburrirse. Hay acción, aventura, suspense, intriga… Algún momento de sonrisa y también de lagrimilla. Los mecenas han quedado satisfechos y a los primeros lectores parece que les está gustando, la mayoría se la leen muy rápido, lo que es buena señal. De todas maneras, recomiendo pasar por mi web y leer los tres primeros capítulos para que cada uno pueda hacerse una idea bastante aproximada de lo que se va a encontrar.
P.- En tu novela abordas al tema del terraplanismo. ¿Te fías de este movimiento?, ¿en qué te basas?
R.- Pasé casi dos años en contacto por redes con terraplanistas. Me topé con ellos por casualidad, creyendo que me había apuntado a un grupo de Facebook sobre Mundodisco de Terry Pratchett, pero no… Me fío de que es un movimiento imparable, prende como la pólvora y, si nos descuidamos, acabaremos como en mi novela. Está en la cúspide de las conspiraciones y de todos estos movimientos anticientíficos, como los antivacunas y las pseudociencias, y establece simbiosis con todos ellos. Soy consciente de que a muchos todo esto les puede sonar a chiste, pero estamos viendo que cada vez hay más gente que rechaza la medicina, que duda de cualquier noticia, que no creen que llegáramos a Luna… Esto solo ha empezado. Necesitaría un buen rato para explicar bien cómo alguien normal se vuelve terraplanista, pero basta con señalar que es más fácil de lo que uno puede pensar.
P.- Cuéntanos sobre cómo resultó tu campaña de crowdfunding, ¿se la recomendarías a otros escritores?
R.- Por supuesto. Es la única forma de no tener que invertir y además te sirve para saber de antemano si vas a tener un mínimo de acogida. La gestión posterior de enviar a cada mecenas su ejemplar es bastante laboriosa, pero, oye, que no has tenido que poner dinero y estás mandando libros que más de la mitad van a comenzar a ser leídos en cuanto lleguen porque llevan como mínimo un mes esperándolos. Lo complicado es decidir el presupuesto y el número de ejemplares porque o alcanzas el objetivo o no, no hay término medio.
P.- No es la primera novela que autoeditas, ¿crees que hay prejuicios a la hora de evaluar una novela autoeditada?
R.- Claro que los hay y es lógico, hasta yo los tengo. Autoeditarse significa que no hay nada ni nadie que avale que cumples unos requisitos mínimos, creativos y profesionales. En España se publican al año más de ochenta mil libros, es normal que se juzgue por la cubierta y que se nos mire de reojo a los autoeditados. Somos muchísimos dando la lata y es normal que se dude no solo de si al menos será entretenido, también de si estará bien escrito y construido, si tendrá un mínimo de calidad.
P.- He de decir que la cubierta es bastante atrayente. Cuéntanos quién es el ilustrador y cómo surgió la idea.
R.- Pues desde que un conocido común nos presentó en mi época sevillana, Ricar Garrido se convirtió en mi amigo y dibujante de cabecera. Su trabajo habla por sí mismo. Para La última ciudad del mundo y con miras a tener material gráfico en el que apoyarme para el crowdfunding y promocionar la novela, me dibujó los personajes, bocetó paisajes e hizo varias ilustraciones. El mérito del diseño de la cubierta es de Carlos Nuevo y de Cristina Martínez (Kraken Ediciones). En digital no es muy vistosa, pero al verla físicamente, a todos les gusta y yo estoy personalmente encantado.
P.- ¿Qué opinas sobre el género de ciencia ficción en el panorama editorial español?, ¿crees que se lee más que otros géneros?
R.- No sabría decirte si se lee más que otros géneros, pero sí que hay muchísimos más lectores (y autores) que hace veinte años. Eso sí, si juntamos la ciencia ficción, la fantasía y el terror, seguro que acaparan la mayor cuota de lectores, sobre todo entre los jóvenes. Hay editoriales exclusivas de estos tres géneros. El cine y la televisión han tenido mucho que ver en esto: El Señor de los Anillos, Harry Potter, Crepúsculo, Juego de Tronos…
P.- ¿Qué te gusta leer que no se ajuste al género de la novela?
R.- Soy bastante de cómics de antes de los noventa y de filosofía antigua, pero leo cualquier cosa que me resulte interesante. Para documentarme para esta novela, por ejemplo, me leí muchos artículos de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, también sobre temas militares y religión. La poesía y el teatro, de vez en cuando.
P.- ¿Nos podrías recomendar alguna novela de ciencia ficción que esté ambientada en España?
R.- No que haya leído, pero sí me gustaría recomendar a dos autores que estoy empezando a leer: Aroa R. Zuñiga y Tony Jim. Proyecto: Data P y Jim, héroe galáctico, respectivamente.
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