Ingeniero de software de 41 años. Español de nacimiento, pero con referencias culturales a caballo entre diferentes países. Experto en redes y seguridad informática, publica su primera novela en 2016 (11,4 sueños luz), acompañándola meses después de una recopilación de relatos de corte fantástico y ciencia ficción (Histerias ficticias). Le gustan las historias complejas, los personajes atormentados y oscuros, las historias sucias y los finales felices. Sus universos están poblados de cielos grises, mentiras, drogas y emociones intensas. Sin embargo, en todas sus historias hay hueco para la esperanza y la búsqueda de la belleza oculta.
P- ¿De qué trata tu novela, Nicholas?
R.- Es un thriller futurista ambientado en Paris con varias historias entralazadas. Como buena novela ciberpunk, tiene un ambiente muy cargado, crítica social, tecnología, drogas y protagonistas con personalidades complejas. La historia principal habla de cuatro personajes que coinciden en el mayor reto de la humanidad: un programa de colonización en un planeta fuera del sistema solar. Es la excusa para descubrir por qué luchan por huir de la Tierra y las relaciones que existen entre ellos.
R.- Ariel es un director de arte, y quería transmitir sensaciones y emociones de primera mano, de forma muy personal y directa. Su visión del mundo inhumano de París es la del lector, ya que el propio Ariel es un outsider en esa metrópoli alienada.
P.- ¿Por qué decidiste ambientarla en París? Y, tengo curiosidad, ¿cómo está la Torre Eiffel en el siglo XXIV?
R.- La Torre Eiffel fue destruida en un atentado terrorista en el siglo XXII. Se construyó una réplica exacta, pero todos saben que no es la misma. Es la metáfora perfecta de la degradación de la cultura y tradición Europea. París representa la esencia de nuestra cultura occidental y por eso debía transcurrir ahí.
P.- Hablas de un futuro distópico propio del ciberpunk. ¿Qué tenemos en la actualidad que se refleje en 11,4 sueños luz?
R.- En 11,4 sueños hay dos mundos. El ideal y ficticio, y el real. El ideal está poblado de tecnología, mentiras y manipulaciones a un nivel que tarde o temprano llegaremos. El real, es oscuro y sin salida. Ambos son extrapolaciones de nuestra realidad. A pesar de ser ciencia ficción, no describo un mundo muy diferente del actual. Lo mismo ocurre con las cosas hermosas, aun en el futuro, siguen teniendo la misma base que en nuestra realidad.
P.- Háblanos del sistema Procyon. ¿Qué tiene de peculiar?, ¿qué puede sorprendernos?
R.- Procyon está lo suficientemente lejos como para ser un ideal, pero sin embargo, puede ser una realidad para los hijos de los protagonistas, algo que les fuerce a luchar y sacrificarse. En el siglo XXIV, con una sociedad postrada al ocio y dominada por las multinacionales, nadie pretende cambiar nada.
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R.- El ciberpunk clásico (Gibson, Shirley, Sterling) posee tres cualidades únicas: ambiente, carga social y cierto realismo sucio. Se diferencia de la ciencia ficción hard por su desprecio a la tecnología, y porque da más importancia a las historias humanas. Es exactamente lo que busco con 11,4 sueños luz, hablar de las personas y lo que las conmueve. Lo de que sea tres siglos en el futuro no deja de ser un vehículo, pero no es lo más importante.
P.- ¿Qué novelas recomendarías a alguien que nunca ha leído nada sobre cyberpunk?
R.- Le recomendaría que empezara por los recopilatorios de relatos Mirrorshades y Quemando cromo, y por supuesto la obra maestra del Ciberpunk: Neuromante. En ese orden, ya que Neuromante puede ser una obra difícil si no se ha entrenado antes el paladar.
P.- Eres ingeniero de software de profesión, ¿qué te aporta tu trabajo a la hora de escribir?
R.- Me gusta mucho la inteligencia artificial y soy experto en seguridad en redes y sistemas. Sin embargo procuro no utilizar mis conocimientos, lastrarían la historia. Me sirven para saber que hablar de tecnología es el peor pecado que se puede cometer en la ciencia ficción, ya que en pocos años todo quedará obsoleto y parecerá ridículo. No obstante la realidad virtual y la IA (Inteligencia Artificial) es parte integrante de la novela.
P.- ¿De dónde sale tanto personaje atormentado oscuro, tanta drogas y mentiras?, ¿por qué te sueles centras en historia de índole similar?
R.- Me encantaría tener una respuesta, pero la verdad es que sale solo. La técnica de la escritura se aprende con el tiempo, las historias se pueden fabricar, pero la textura de la realidad que tejes viene de dentro. Los problemas son una forma de exponer a los personajes y a su humanidad, me gustan las cosas complejas y ambiguas. En la oscuridad siempre hay algo más, algo que se esconde. Me gusta que haya espacio para la imaginación. La felicidad y la luz del día son demasiado explícitas.
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P.- Una pregunta que tratas en tu blog, ¿por qué escribes?, ¿cuál es tu motivación?
R.- Es una huida a mi propio mundo, donde soy Dios. Disfruto mucho sacando una historia dentro de mí. Hurgando cada personaje, imaginando cada giro. No planifico casi nada, me dejo llevar y lo siento de forma muy intensa. Escribiendo he llorado, reído y gritado. Aunque lo normal es no poder dormir hasta que no escribo lo que tengo dentro.
P.- Recomiéndanos una novela de ciberpunk escrita por una mujer.
R.- La única autora del círculo de los fundadores del ciberpunk es Pat Cadigan que hasta hace unos minutos pensaba que era un hombre (en esta me has pillado y he tenido que hacer trampas en Google). En español solo hay algunos cuentos traducidos, uno de ellos aparece en la antología Mirrorshades de la que hablo al principio. No he leído su novela clásica Mindplayers (no está traducida). Por otra parte, aunque no es exactamente ciberpunk, se le parece mucho: oscura, inquietante y con tremenda carga social. Una de mis novelas favoritas tiene el curioso título de Mendigos en España, escrita por Nancy Kress. Más ciberpunk y además española, es Piel de Elia Barceló, pero es más bien una novelette que una novela al uso, es muy cortita, pero excelente.
Entrevista realizada por María Bravo.
Entrevista realizada por María Bravo.
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Suena interesante la metáfora de París. Al final, suele tener poco sentido hacer algo absolutamente diferente de lo actual. Por desgracia, es algo que históricamente se ha dado mucho; donde el único factor de cambio era la ambición de conquistar en la mayoría de los casos. En efecto, se puede ver en mucha gente esa misma actitud de falta de deseo en cambiar. Johny Mnemonic y William Gibson no los conocía. Sin duda, es una diferencia fundamental; en la novela de ciencia ficción hard el personaje es la tecnología en sí misma y cómo afecta a los personajes aparte de, por lo general, la falta de realismo sucio y de un ambiente pesimista, aunque la carga social puede estar en ambas.
ResponderEliminar"Neuromante" es la única que me sonaba. Personalmente, no creo que sea superfluo, pero sí es verdad que la historia debe tener el espacio para ello y servir para comunicar algo al lector. Lo de obsoleto, pues puede ser, pero también es interesante poder plantear todo ese juego tecnológico y hacer predicciones. En efecto, la técnica va aprendiéndose, pero las inquietudes que se plasmas en una obra literaria son algo tan vivencial y circunstancial de su autor que nadie, escribiendo desde el corazón, puede hacer exactamente lo mismo. A mí me pasa eso mismo, especialmente en el lado del desarrollo de un mundo; en la parte de los giros y los personajes, pero un poco menos. Yo no suelo atormentarme tanto, aunque a todos nos afecta lo que escribimos. Tomo nota para algún día.
ResponderEliminarDos de los autores clave del ciberpunk clasico, sobre todo sterling, no mencionan apenas la tecnologia, y de hecho sterling parece un vidente para algunas de las cosas que salen en su libro. Gibson se mete poco y es todo bastante metafórico, y de hecho, donde se mete la caga un poco -o no, quien sabe- otros autores que son mas concretos, chirrían. Es muy peligroso detallar tecnología concreta en la ciencia ficción, al menos es mi opinion :)
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