Escrito por Alejandro F. Orradre
Temido por unos, sufrido por muchos, callado por todos. Cuentan las leyendas que ha habido personas que no lo han superado y se han echado a los brazos de la televisión, postrados en el sofá y con una bolsa de patatas adhiriéndose in perpetuum a su cada vez más creciente barriga… es el bloqueo del lector.¿No os ha pasado nunca? Sucede sin previo aviso, como las tormentas o los accidentes, como las sorpresas o los sustos. Ilustremos el problema con un caso.
Temido por unos, sufrido por muchos, callado por todos. Cuentan las leyendas que ha habido personas que no lo han superado y se han echado a los brazos de la televisión, postrados en el sofá y con una bolsa de patatas adhiriéndose in perpetuum a su cada vez más creciente barriga… es el bloqueo del lector.¿No os ha pasado nunca? Sucede sin previo aviso, como las tormentas o los accidentes, como las sorpresas o los sustos. Ilustremos el problema con un caso.
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Fulanito se encuentra leyendo una novela que le gusta, pero al llegar a cierto número de páginas (siempre al principio) se aburre: la historia comienza a espesarse, los personajes pierden credibilidad, las conversaciones repetitivas… y deja de leer. Suele pasar, a veces nos topamos con libros que no son lo que esperábamos. Las decepciones ocurren. Así pues, en vista del pequeño fiasco nuestro lector se enfrasca en otro libro que tenía pendiente, esperando en la estantería. Lo empieza con ganas y las páginas vuelan y vuelan… pero de nuevo un muro invisible se alza en el devenir de la historia: otra vez se atragantan los párrafos
A muchos os sonará el último párrafo, pues más allá de lo que pueda parecer el bloqueo del lector ocurre a menudo. Lo importante en estos casos es no obsesionarse, no absorber el suceso como algo negativo sino simplemente como un pequeño parón: vuestro cerebro también necesita descansar de vez en cuando.
Hay muchos consejos que os podría dar, pero si no queremos dar importancia al bloqueo debemos actuar con consecuencia: empezar a buscar soluciones no hará más que agudizar el “problema”. ¿Cuál es entonces la solución?
Pues nada más y nada menos que esperar a que regresen las ganas. Esa es mi experiencia personal, la que mejor me ha funcionado después de intentar seguir otros consejos. Creo que lo importante es dejar que el propio cuerpo encuentre de nuevo la senda que dejó atrás por motivos que en ocasiones no entendemos y quizás no es necesario comprender. Pero que no cunda el pánico: las ansias por la lectura regresan. Tarde o temprano lo hacen.
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Mientras tanto, haced otras cosas sin más intención que buscar diversión (y no el mantra de “mantener la cabeza ocupada”; lo que necesita la cabeza es despejarse). Si lo hacéis así, y sobre todo si no desesperáis, el gusanillo de la lectura volverá a vosotros de una manera totalmente natural.
¿Habéis tenido alguna vez el bloqueo del lector? ¿Cómo llegó y cómo se fue?
¡Un saludo y a leer!
Escrito por Alejandro F. Orradre
Escrito por Alejandro F. Orradre
Entre todos los "bloqueos" que a un ser humano (Donald Trump también vale) le puede suceder el tener una crisis lectora es de lo menos importante. Pero claro si te gusta leer, fastidia. No hay que darle mayor importancia. Dejas pasar un tiempo y vuelves con más ganas. El problema creo que a veces leemos cosas muy malas (básicamente auténticos coñazos) y hay que intentar evitar esto. No dejarnos llevar por las apariencias. Los best-seller hay que evitarlos como la sal y el exceso de colesterol.
ResponderEliminarSanti
Personalmente vuelvo a autores refugio. En mi caso Galdós. Nunca falla esto.
Personalmente tengo un truquillo. Cuando después de un par de novelitas infumables no s
Hola, Santi. Tienes razón, pero el bloqueo también viene por leer obras clásicas que a uno le parecen sacadas de la mano de un novato. Lo que yo recomiendo es justo lo contrario, acudir a un best seller, que también los hay muy buenos. De estos que te lees en dos días y te alegra el alma.
EliminarUn saludo, amigo ;)
¡Hola!
ResponderEliminarPues a mi me ha pasado una vez, en el mes de junio. Es una situación bastante frustrante pero al final lo mejor es hacer lo que dices: dejarlo pasar y esperar a que vuelvan las ganas de leer. Es mejor no forzar nada porque así sólo se consigue tener menos ganas aún de leer y querer abandonar continuamente nuestras lecturas. Yo, durante mi bloqueo lector, leía al menos un par de páginas al día; leía poco, es cierto, pero leía xD Y así poco a poco fui recuperando las ganas de leer, hasta que vuelven del todo y te apetece un montón leer muchos libros :D
¡Besos!
Gracoas, por el comentario, Esther. Mi mes menos lector es agosto. Me pasa todos los años. Tengo que seleccionar muy bien mi primera lectura de septiembre para retomar la pasión ;)
EliminarUn abrazo.