La lengua se compone de estratos, y a veces el significado que llega antes a la palabra queda muy lejos de lo que representa hoy en día. Sin embargo, cuando todos los estratos se levantan y se raspa en la etimología, se halla la acepción que la dio sentido. Acudimos entonces a un dicho popular conocido por todos nada es lo que parece. Intentemos descolorar lo que el tiempo ha hecho de la palabra miniatura.
Parece fútil indagar en ella; sin embargo, durante toda la Edad Media y principios del Renacimiento, significó algo muy distinto a lo que el DRAE nos muestra hoy en día como:
1. f. Pintura primorosa o de tamaño pequeño, hecha al temple sobre vitela o marfil, o al óleo sobre chapas metálicas o cartulinas.
3. f. Pequeñez, tamaño pequeño o reducido.
Pero sobre estas tres acepciones se oculta algo más. La raíz de la palabra miniatura no proviene de algo minúsculo ni pequeño, como podría pensarse, sino de "minio". El minio es un colorante que se usaba para los dibujos que acompañaban a los textos en los manuscritos medievales. En latín, el verbo "miniare" significaba: "pintar o lucir con bermellón", y "miniatus" correspondía a: "revocado en oro". En la edición de 1734 del Diccionario de Autoridades especificaba además: "llamose así porque al principio se hacía con Minio".
Entonces, ¿por qué se asocia la palabra miniatura a algo minúsculo? Nuestra mente relacionó varios elementos. El sonido de la "i" y el falso sufijo "mini" hicieron que utilizaran miniatura para designar un objeto de tamaño reducido respecto al original. Esto ocurrió a partir del siglo XVII, cuando miniatura comenzó a designar los objetos artísticos o pinturas de dimensiones reducidas, por influencia de 'minúsculo', derivado de 'minus'.
Ya veis, no hay que fiarse de las apariencias, hasta lo pequeño puede tener un pasado grandioso. Solo hay que levantar un poco la pátina que recubre las palabras para llegar a la tintura exacta de su significado.
Entonces, ¿por qué se asocia la palabra miniatura a algo minúsculo? Nuestra mente relacionó varios elementos. El sonido de la "i" y el falso sufijo "mini" hicieron que utilizaran miniatura para designar un objeto de tamaño reducido respecto al original. Esto ocurrió a partir del siglo XVII, cuando miniatura comenzó a designar los objetos artísticos o pinturas de dimensiones reducidas, por influencia de 'minúsculo', derivado de 'minus'.
Ya veis, no hay que fiarse de las apariencias, hasta lo pequeño puede tener un pasado grandioso. Solo hay que levantar un poco la pátina que recubre las palabras para llegar a la tintura exacta de su significado.
Querida María:
ResponderEliminarComo siempre, tus grandes aportaciones me parecen harto interesantes.
Tu más fiel admiradora,
J.
Gracias, J. ¡Qué haría yo si no te aportase nada! jeje.
EliminarUn besín ;)
Cómo disfruto tus etimologías, María. Fascinante.
ResponderEliminarUn placer, Píramo. Ya sabes que puedes ampliar la información o plantear alguna cuestión, sin problemas ;)
EliminarSaludos.