¿Cuál es el origen etimológico de la palabra? La forma chao
viene del italiano, concretamente del dialecto veneciano y milanés en su forma ciau, que corresponde al italiano
general schiavo ‘esclavo’. En su
origen fue una forma de saludo cortés, equivalente a ¡servidor! en español.
¿Cómo evolucionó ciau? El ciau septentrional
fue evolucionando hasta generalizarse en Italia como ciào, y pasando a ser tanto para el saludo como para la despedida,
y restringiéndose al trato de quienes se tutean. Cuando esta palabra se
convierte en préstamo del español, lo primero que se hace es adaptarla a la
lexicografía de nuestra lengua, pasando a escribirse como chao en España, y chau en
algunas zonas de América Latina como Chile o Río de la Plata. Otra diferencia
con respecto al ciào italiano es que
en español solo se limita a la despedida dentro de un ambiente familiar y de
confianza.
¿Cuándo se ve por primera vez este vocablo en
español? En el siglo XVI ya se usaba la palabra chao
en los textos escritos pero con un significado completamente distinto al de
ahora, en concreto lobo cervario (lo
que actualmente llamaríamos lince).
No obstante, hasta la edición de 1729 del Diccionario de Autoridades no se
registra esta palabra con tal significado.
¿Cuándo se generaliza chao con el significado actual? El primer ejemplo lo encontramos en el escritor Miguel
Delibes. En 1958 publica “Diario de un emigrante”, y allí se puede ver chao con el valor de adiós. Poco a poco,
el término se irá extendiendo. Según la lingüista Martha Hildebrandt, en las
últimas décadas del siglo XX, la palabra se generaliza en España y Francia gracias
al auge del cine italiano de posguerra.
¿Cuándo aparece por primera vez en el Diccionario?
Cuando el término está generalizado por los hablantes, el Diccionario incorpora
la palabra en su edición de 1970: “¡Chao!, interj. Chile y Río de la Plata ¡chau!”.
Sin embargo, no será hasta la edición de 1992 cuando se vea reflejado en su acepción que la palabra viene del italiano: “Chao (del it. ciao) interj. familiar. Adiós, hasta luego”.
Como veis, siempre se están creando palabras nuevas que, en su esencia, son producto de los sedimentos del pasado. Os dejo con una cita del escritor Álex Grijelmo que refleja esta idea.
Como veis, siempre se están creando palabras nuevas que, en su esencia, son producto de los sedimentos del pasado. Os dejo con una cita del escritor Álex Grijelmo que refleja esta idea.
"Las palabras que oímos
desde niños, que escuchamos a nuestros abuelos, que leemos y acariciamos, son
cerezas anudadas siempre a otras, y aunque las separemos con un leve tirón de
nuestros dedos mantendrán el sabor de sus vecinas, nos enriquecerán la boca con
la savia que han compartido y que se han disputado".
Álex Grijelmo,
"La seducción de las palabras".
Fuentes:
DRAE
(Diccionario de la Real Academia Española)
-CREA
(Corpus de referencia del español actual)
-CORDE
(Corpus diacrónico del español)
-NTLLE
(Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española)
-Hildebrandt,
Martha, Peruanismos, Moncloa
Campodónico, Lima, Perú, 1994.
Super interesante! Grazie per queste pillole di saggezza :) Olivia x
ResponderEliminarAgradezco tu información sobre esta palabra. La he tenido siempre como maldita porque desde mi infancia la he escuchado entre amigos y familia, pero mis profesores de lengua en el colegio no la tenían en mucha estima, y no dejaban de informarnos de lo que pensaban de este término y de los que lo utilizaban, así que nosotros procurábamos no pronunciarla nunca, ni entre nosotros, para evitar las consecuencias que se anunciaban a los que fueran sorprendidos en tal vil pronunciación. Ahora no parece tan grave como nos contaron, pero de niño te lo crees todo.
ResponderEliminarUn beso.
Guardabosques
Querida María:
ResponderEliminarComo siempre, muy interesante. No lo había pensado nunca, pero me ha parecido muy curioso.
Ya sabes que a tu más fiel lectora, todas estas cosas le interesan mucho :)
Besos
J.
Olivia!! Grazie mille per il tuo commento. Me piace "vederti" qui. Bacini bella =)
ResponderEliminarGuardabosques. ¿La tenías como una palabra maldita? sí, es verdad, todos tenemos palabras así, por una u otra razón. Aunque bueno, cuando eres niño, parece que un diablillo con cuernos y tridente (vestido con un ajustado traje rojo) vendrá a por ti si haces cosas que hoy en día son totalmente vanales. De cualquier forma, gracias a los préstamos lingüísticos la lengua cambia, evoluciona y se enriquece. Habría que habalr con esos profesore tuyos... ¡Nos vemos! :)
J. Creí que te gustaría mi entrada. Yo a veces pensaba sobre cómo ha influído esta palabra en el español, y de repente un día me encontré con esta información por casualidad. Un saludín, mi querida J ;)
Aquí siempre se aprende. Gracias
ResponderEliminarUn abrazo