¡Ay..., qué forma de dosificar el azúcar, la miel y el algodón por tus venas! Tenía ganas de leer una novela de amor, así que cuando vi Las Rosas de Somerset y la fotografía de la escritora, Leila Meacham, no lo dudé (bueno, lo reconozco, casi con la fotografía me bastó). Al principió me costó engancharme, veía fallos en la construcción de algunos personajes, e inclusive errores de estilo, pero llegas a un punto en el que no puedes parar de leer, las páginas se impregnan de olor y cuando te quieres dar cuentas estás lleno de miel hasta el tuétano.
La trama gira en torno a la plantación de algodón de la familia Toliver, en Somerset (Texas, Estados Unidos). En 1916, Mary Toliver se convierte en la heredera con tan solo dieciséis años de edad tras el fallecimiento de su padre. Esto traerá trágicas consecuencias, ya que el testamento de su padre no nombraba a su mujer ni a su hijo como herederos. Al principio Mary Toliver decide denegar la decisión de su padre fallecido, pero después se plantea las cosas y continúa adelante con el trabajo en la plantación. Por otro lado, se halla Percy Warkick, cuya familia se dedica al negocio maderero. Los dos personajes se enamoran desde la niñez, pero el amor no florece hasta la adolescencia, cuando deciden casarse. Sin embargo, el enlace no llega a producirse y, pese a que los dos siguen enamorados hasta la médula, sus vidas tomarán caminos distintos. Caminos que estarán llenos de celos, engaños, mentiras y sentimientos enclaustrados que pasan de generación en generación con importantes consecuencias. Y sobre todo, con la constante separación entre el amor y del trabajo.
El libro parece un lienzo de sensaciones y olores que se desprenden en cada página. Los paisajes descritos, los detalles de las acomodadas casas de los protagonistas y la pátina extendida en la historia a consecuencia del paso del tiempo hacen de Las Rosas de Somerset un gran cuadro sensitivo. Y es que la historia está contada desde el principio por un narrador omnisciente, el cual se sitúa en 1985, cuando Mary Toliver es una anciana. Seguidamente, el narrador da un giro temporal y vuelve a 1916, momento en el cual la señorita Toliver es la heredera de Somerset. Lo curioso del libro es que el narrador se sitúa en tres puntos de vista para formar la obra, y de esta manera tenemos tres partes: “la historia de Mary”, “la historia de Percy” y “la historia de Rachel”, y así vemos el cambio generacional y cómo los sentimientos que se van enlazando como los rabos de la cerezas en un árbol genealógico. Es pues una historia que narra el pasado, el presente y el futuro de esta saga familiar, y aunque este aspecto lo logra yo he visto un abuso (no muy excesivo) de las elipsis temporales. Cuando estás con los nervios a flor de piel, de repente ves que han pasado diez años y piensas: “¡no puede ser... diez años sin ocurrir nada”!, claro, todo esto 'aparentemente', porque a medida que vas llegando al final se van resolviendo todas las incógnitas.
Los personajes también están bien construidos. Aunque me costase un poco al principio, pero finalmente tienes una idea muy clara de su fisonomía y de cómo van a actuar, lo que van a decir y lo que pueden estar pensando. Mary Toliver es guapa, emprendedora y trabajadora, y aunque yo la encuentro egoísta tanto a ella como a su futura nieta: Rachel Toliver, la autora deja que nosotros opinemos por nuestra cuenta basándonos en las circunstancias de la época. A Percy Warking en cambio, lo encuentro perfecto: guapo, rubio, ojos azul cielo, amoroso, bueno, comprensivo, rico y un sin fin de adjetivos más. Con respecto a los personajes colindantes, todos forman una gran familia compuesta por todo tipo de caracteres muy bien estructurados.
Resumiendo, es una historia de generaciones atrapadas entre la pasión por el trabajo y el amor. Me gustan este tipo de novelas porque te ayudan a seguir alentando lo que amas y bueno, seré sincera, a veces a descubrir que aún siguen habiendo esos personajes perfectos que se pueden llevar al plano real. En muchas ocasiones me he emocionado con Las Rosas de Somerset, ¡cuántas historias sin resolver por culpa de circunstancias históricas, de tabús, de prejuicios! Así pues, recomiendo esta novela a todas las mujeres, y también al público masculino, porque les guste o no este tipo de novelas, todos tienen capacidad para enamorarse. Disfrutarla si tenéis ocasión. Os dejo con algunas citas recogidas del libro:
“-Rosas rojas y blancas, ¿qué si no? Serán un recordatorio de mis obligaciones en cuanto a nuestra amistad, a nuestros esfuerzos juntos. Y si alguna vez os ofendo, os enviaré una rosa roja para pedir perdón. Y si alguna vez recibo una presentada con ese mismo propósito, devolveré una blanca para demostrar que todo está perdonado” (pág. 28).
“-¡Lucy, tú eres abominable cuando haces el amor! Eres como una gata callejera en celo. Por eso no puedo seguir contigo. No hay ningún misterio en ti, no hay ternura, no hay sensibilidad. Siento tu sudor como si fuera pus, y tu olor corporal se eleva como el hedor del fango. Prefiero meter la polla en el hocico de un cerdo antes que en tu coño. Y bien, ¿explica eso por qué no vengo a tu cama?” (pág. 342).
“La memoria podía ser algo terrible, pensó, un instrumento de tortura que sigue trabajando mucho después de que un hombre haya superado su tiempo en el potro” (pág. 407).
-Leila Meacham, Las Rosas de Somerset, editorial Viceversa, Barcelona, 2010. Número de páginas: 624.
No soy muy aficionada a la literatura de amor pero por lo que cuentas la verdad es la novela tiene buena pinta. La tendré en cuenta en mi innumerable lista de libros pedientes jeje.
ResponderEliminarBuena reseña.
;)
Querida María:
ResponderEliminarNo puedo decir que sea muy dada a las novelas rosa, tampoco puedo decir que no haya leído nunca ninguna. Creo que existen dos tipos de novelas de este tipo: las que escriben viejitas con pelo cano y cara dulce, con tramas imposibles que pasan de una generación a otra, propias de un serial de media tarde; y las que escriben mujeres jóvenes y modernas locas por las compras y preocupadas porque sus grandes cargos en empresas de prestigio les impidan conseguir un marido antes de que se les pase el arroz. Seguramente pienses que frivolizo, nada más lejos de la realidad.
Considero que muchos eruditos en la materia utilizarían un sin fin de adjetivos pomposos para decir que eso no es literatura; hasta a algunos les gustaría redactar un manifiesto en pro de su desaparición, y me consta que otros menos reivindicativos se limitan a mirar con desdén a cualquiera con un libro de este tipo entre las manos. Por ese motivo me parece que eres muy valiente por haber querido hacer una reseña de este tipo.
Yo creo en lo que me gusta llamar “la democratización del entretenimiento” (que satisfacción me produce inventar nuevos términos… :-p). Creo que está muy bien ponerse a leer las obras completas de Dickens o Proust, o ver películas de Woody Allen o Federico Fellini, porque está de moda, porque queda bien decirlo, o más simple todavía porque uno disfruta en el proceso. Sin embargo, creo que existen momentos para todo, y leer o ver algo más ligero, de vez en cuando también apetece; y que puñetas (y disculpa mi vocabulario), pues si a uno le gusta, ¿por qué debería privarse de ello?. Es más, pienso que de vez en cuando es necesario: primero porque nos permite una desconexión total del mundo exterior, tener la mente en blanco; pero también porque analizar qué lee (muchas de estas novelas son bestsellers) o qué ve el gran público, nos permite reflexionar sobre las inquietudes y los deseos de las personas que integran la sociedad actual. Y comprender el mundo que nos rodea, nunca está de más.
Tu más fiel lectora,
J.
Hola Pulgacroft. La verdad es que este libro creo que no es del tipo de Danielle Steel y yo lo clasificaría como una novela de tintes románticos en donde hay otros elementos muy relevantes como el trabajo o las plantaciones de algodón que fueron tan importante en el sur de Estados Unidos. En cualquier caso ¡gracias por el comentario!
ResponderEliminarHola J. Repito un poco la contestación a Pulgacroft sobre que no es una novela enteramente 'rosa', pero sí tiene muchas características como tales. Trata también sobre que a veces las decisiones afectan más de la cuenta a las generaciones posteriores. Hace poco vi "Lo que el viento se llevó" porque leí que el libro tiene similitudes con el guión de la película y la verdad es que sí. Ya no entro a valorar cuál es mejor o peor. Yo también creo que existen esos dos tipos de novelas XD, pero eso no quiere decir que sea malo, ya que, como dices hay gustos para todos y uno se puede entretener leyendo como le de la gana.
Otra cosa es lo que esos 'eruditos' consideren por 'literatura', esto es como el arte. Si yo dijera que un urinario es arte antes de que Duchamp lo hiciera como tal me tacharían de loca. Pero bueno, en cualquier caso, agradezco esa valoración de mi osadía y a la vez te digo que creo que hay algunos prejuicios hacia este tipo de novelas, pero que si lo pensamos bien, el 95% de las novelas tienen algo de amor en su trama.
Creo que vamos a tener que hacer otro blog con esas nuevas creaciones de palabras. De momento tenemos dos: la democratización del entretenmiento (es un término que te da derecho a publicar un libro de ensayo, por cierto) y macroexpansión curricular. A lo que iba, que sí está bien tener ese tipo de novelas (Dickens, Proust) en tu estantería o en tu memoria y tenerlos en cuenta, pero también está bien leer y ver otras cosas sin necesidad de despretigiar, ya que ciertos tipos de obras no pueden llegar a todo tipo de público.
Por cierto J., después de tu extenso y erudito comentario, creo que te mereces más visitas que yo ;)
Un saludo enorme :)
Bon voyaje!
Oye que buena pinta!!!
ResponderEliminarNo me había parado a mirarlo pero realmente tiene una pinta estupenda.
Gracias por recordarme a Lo que el viento se llevó, entre otros.
Lo buscaré.
Besos
Hola María, cuanto agradezco tu reseña sobre un libro como éste porque reconozco que, probablemente, nunca voy a leer obras de este tipo, pero conviene estar informado de todo aunque en principio no nos atraiga.
ResponderEliminarEn cuanto a considerar si este tipo de novelas es literatura, el tiempo, como siempre el juez supremo en estos asuntos, pondrá a cada obra en su lugar. Al menos, tienen que admitir que su creadora ha conseguido publicar, vender y vivir de su trabajo, algo que muchos de los grandes intelectuales no consiguen por más que lo intentan.
Espero con impaciencia tu próxima entrega.
Un beso.
Guardabosques
Mientrasleo. Me alegra que te haya gustado. Realmente, ahora que ha pasado el tiempo después de haber escrito el texto, creo que es un libro muy bien construído. Sobre 'Lo que el viento se llevó', realmente si lees el libro te das cuenta de las similitudes que hay. Y bueno, el libro también me ha llevado a ver esta gran película, ya sabes, esas películas que son un clásico, que todo el mundo conoce, pero muy que pocos han visto. ¡Un saludo! ;)
ResponderEliminarGuardabosques/Anónimo. Lo primero ¡gracias por el comentario y por no haberme mandando spam después de ver que no contestaba! Pues la verdad es que nunca se puede decir que no vas a leer cierto tipo de novelas, yo ahora es que estoy en una fase de experimentación de géneros novelados. Antes me encasillaba más e iba a lo que ya conocía de antemano. Por lo demás, yo creo que este tipo de lectura SÍ es literatura, ya solo por emocionar y entretener, para mí gana todos los puntos.
Te vuelvo a dar las gracias por tus opiniones y me alegra saber que todavía existe una espera en el Guardabosques ;) ¡¡Abrazooss!!
citas:
ResponderEliminar-"Estoy aprendiendo a no desear, lo que no puedo controlar..." MARY TOLIVER.
-"El silencio produce un zumbido extraño cuando se muere alguien a quien uno quiere..." RACHEL TOLIVER.
-"Al final, Gitana, supongo que lo unico que podemos esperar es un gran ramo de rosas blancas.." PERCY WARWICK.
Gracias por tus citas, Anónimo. Me has hecho volver a recordar la novela. Me han encantado las tres, sobre todo las dos primeras =) Un saludo.
EliminarPara mí es de esos libros que te dejan huella...
ResponderEliminarEs verdad, a mí me la dejó.
EliminarGracias por el comentario ;)