Llega un momento en la vida que tienes que posicionarte en algún punto con respecto a alguien o algo. Y cuando ese instante aparece, entonces te preparas para hablar, abres la boca y sueltas esa delicia que atrae y fascina: “*ponte delante mía”. En ese instante, quien escucha percibe un cosquilleo en su diccionario interno (lexicón) que lleva a la palabra 'error', pero la sensación es atenuada porque nuestra mente nos susurra que *delante mía está tan extendido que hasta puede ser correcto.
En verdad, saber colocar bien: mí, tu, su (pronombre personal) o mío, tuyo, suyo (pronombre posesivo o pleno) en esta clase de construcciones, no tiene más misterio que saberse una norma que tiene ver con los adverbios de lugar, ¿y qué es un adverbio? Son las partículas invariables que acompañan al verbo, y algunos ejemplos son: adelante, adonde, arriba, cerca, delante, detrás, encima, lejos etc.
En la oración: “La farola está detrás de mí”...
...nos encontramos con el verbo conjugado estar que va seguido del adverbio detrás más una preposición que expresa una referencia: de. Por lo tanto, ya tenemos la mínima norma: cuando queremos posicionar en el espacio a un referente, detrás del adverbio de lugar pondremos la preposición de:
“Ve detrás de él” (la referencia es él). “*Ve detrás suyo” (incorrecto)
“Estoy enfrente de ti” (la referencia eres tú). “*Estoy enfrente tuya” (incorrecto)
Sin embargo, ¿qué sería la vida sin excepciones? ¡Porque la Lengua no se queda atrás, a la Lengua le encantan las excepciones! Y es aquí dónde creo que radica la confusión, ya que hay ciertos adverbios de lugar que admiten posesivos al igual que la preposición de. Paso a enumerarlos, no os impacienteis que solo son tres:
-Alrededor suyo. El adverbio alrededor está formado por la contracción al seguido del sustantivo rededor. Por lo tanto también se puede decir: “Está todo el día a su alrededor, no la deja tranquila”.
-Al lado suyo. Ya que lado se puede considerar como un sustantivo. Por ello también se puede decir “A su lado se sienta esa señora”.
-En contra suyo. Contra es en realidad un sustantivo y se puede combinar con un posesivo. Por lo tanto también se puede decir “Siempre está en mi contra, no puedo abrir la boca”.
Pero no os preocupéis, ya que el empleo incorrecto de estos ejemplos está muy extendido, sobre todo en zonas de América Latina como Perú, Bolivia o Ecuador y también en la prensa, en la publicidad y entre nuestros amigos y conocidos. Vamos, que tal derroche de adverbios + posesivos plenos mal empleados, a no ser que los corrijamos, pasarán a ser norma más que error. Pero como suele pasar en estos casos, el tiempo y el genio del idioma decidirán.
Fuentes:
-Grijelmo, Álex, La gramática descomplicada, Madrid, Santillana Ediciones, 2011.
-Diccionario de la lengua española. Fuente electrónica http://www.rae.es/rae.html Madrid, España: Real Academia Española.
NOTA: Perdonad por el chiste, pero no sabía que era tan difícil encontrar un chiste gráfico con adverbio más pronombre personal.
Por fin le encuentro un cierto sentido a este error de uso. Estamos perdidos. Nos resulta más fácil y natural decir "detrás mío" que "detrás de mí". Lo tenemos hasta que pensar; la forma "detrás de mí" va a quedar obsoleta de aquí a tres generaciones, estimo, aunque nos suene peor "detrás mía".
ResponderEliminarHola Javier.
ResponderEliminarQuizá tienes parte de razón al decir que nos resulta más fácil pronunciar *detrás mía, ya que eso explicaría el uso tan generalizado que hay al respecto. Puede que sea por la consonante que va detrás de la /s/, la /m/ (sonora, nasal, bilabial) que es mucho más suave (y fácil de pronunciar, la primera consonante que pronuncian los bebés) de pronunciar que la /d/ (sorda, oclusiva, interdental). No lo sé, pero en cualquier caso, a mí me resulta más cómodo pronunciar 'detrás de mí'. ¿Que si quedará obsoleta?, me remito al final de mi texto: "El tiempo y el genio del idioma decidirán".
¡¡Un saludo Javi y gracias por tu comentario!! :)
Le encuentro toda la razon a Javier, muchas palabras y frases quedaran en el olvido, si no las usamos o no tratamos de hacerlo ..interesante aporte ... Michel
ResponderEliminarwww.micheldeb.tk
www.lamalapoesia.tk
Sí, los dos teneis razón. Solamente hay que leer un libro escrito hace cincuenta años para ver el cambio producido en el vocabulario. Muchas veces nos empeñamos en seguir con el lenguaje de antaño, pero eso no es más que frenar el cambio lingüístico.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario Michel :)
A veces, de tanto escucharlas o incluso usarlas (erróneamente usarlas) las damos por correctas.
ResponderEliminarLa verdad es que me cuesta aprender, así que agradezco una lección tan clara como esta. Gracias
Abrazos
Hola Trini.
ResponderEliminarEfectivamente, el lenguaje va cambiando por el uso no correcto que le damos a algunas palabras y por ello, cuando pasa el tiempo, las damos por válidas.
Me alegra saber que te ha parecido clara la explicación. ¡Un saludo!
Una explicación fantástica sobre errores habituales por el uso. Recuerdo que tuve un profesor que decía que la costumbre hacía la lay pero no la educación ni el saber hablar.
ResponderEliminarUn beso
Muy interesante...., como siempre. :)
ResponderEliminarGracias Pili. Este artículo se está convirtiendo en uno de los cinco más visto del mes :)
EliminarEste año escuché "detrás mía" por primera vez. Soy un argentino viviendo en Mallorca.
ResponderEliminarCuriosamente llevo tres meses escuchando en distintas conversaciones este formato que "me destroza" los oídos. Al principio pensé 'será un modismo derivado del mallorquín'. Pero luego lo escuché de boca de diversos españoles venidos de la península sin discriminación de comunidad autónoma. El asunto que me llama la atención no es tanto el uso del posesivo sino el género utilizado por (casualmente solo se los he escuchado a ellos) hombres de distinta edad, cultura y clase social. Y me preguntaba 'de dónde puede provenir esta costumbre' pero, hasta ahora, solo este artículo escrito hace más de diez años hace referencia a este vocablo que tiene tan poco uso en el uso habitual real y tan extendido en la más rara circunstancia.