Hace ya algún tiempo, leí un libro conocido por todos: 1984. Cuando lo terminé indagué un poco sobre si realmente esta era la primera novela sobre una sociedad antiutópica y en qué medida había repercutido en la sociedad actual.
Bien es sabido que el programa televisivo Gran Hermano marcó un hito en la cultural de masas: cierto número de personas se metían en una casa rodeados de cámaras, de la cual no podían salir. Esta idea televisiva bebió sus fuentes de escritores como Huxley y Orwell, que ya habían aportado sobre este concepto de estado guiado por mil ojos; pero lo que no todo el mundo sabe es que, realmente, la idea original de presentar una sociedad distópica nación de un escritor de origen ruso: Yevgueni Zamiatin, que vivió entre los años 1884 y 1937. Tuvo una vida azarosa, ya que fue arrestado durante la Revolución Rusa por lo que tuvo que exiliarse posteriormente hasta asentarse en Finlandia, aunque años más tarde sufriría de nuevo la persecución. Pasó sus últimos días en Francia donde escribió su obra cumbre: Nosotros.
Todos estos condicionantes impulsaron a Zamiatin escribir sobre la sociedad y la política de su tiempo. Fue perseguido y censurado por defender el comunismo y por satirizar a la política rusa en sus relatos y novelas. En 1921, escribió la obra que le otorgaría a Orwell el paso hacia su inspiración: Nosotros, que le valió una orden de prohibición de publicación en su país hasta 1988.
Así pues, Nosotros es considerada como la primera obra que narra un estado totalitario y futurista en la literatura. Es la historia satírica de una ciudad colectivista antiutópica en la que los Guardianes, dirigidos por el Gran Bienhechor, han destruido la libertad individual. Los habitantes, en vez de nombres, tienen números y letras y viven uniformados en apartamentos de cristal. En el exterior, una campana protectora evita los imprevistos del clima. Por lo tanto, es una ciudad que domina mediante reglas desde el trabajo hasta el sexo. El protagonista del relato, D-503, está totalmente integrado en este sistema y desde el principio se encuentra absorbido por él, aunque poco a poco empieza a observar fisuras en el ideal sistema, lo que le llevará a salir de su alienación y llevar a cabo una lucha antisistema.
Siempre se ha tendido a pensar que la idea original de Gran Hermano viene de George Orwell. Su libro 1984 (escrito entre 1947 y 1948) aparece, aparentemente, como uno de los primeros del siglo XX en narrar estados totalitarios desde un punto de vista antiutópico. Pero lo cierto es que George Orwell estuvo muy influido por la novela de Zamiatin: Nosotros. De esta forma, hay muchas similitudes en ambas tramas. Por ejemplo, la figura del Estado Único es sustituida por Orwell por el llamado Gran Hermano o las paredes de cristal producen el mismo efecto de control que la Pantalla de 1984. En una y otra novela se pueden ver un personaje masculino, en la obra del ruso, es inicialmente un producto más de la sociedad, aunque según avanza la novela cambia de ideología; en cuanto a la obra del indio, el personaje masculino actúa desde el principio con una antipatía contra el sistema establecido. El personaje femenino cumple una parte fundamental dentro de las dos tramas y se sitúa al lado del protagonista masculino llevándoles a la perdición, como es en el caso de Nosotros, o la unión y a la lucha por el individualismo, según 1984. Sin embargo, esto es solo un aperitivo, pues hay tantos paralelismos en las dos obras que Orwell tuvo que defenderse de acusaciones de plagio a su homólogo ruso, aunque sí es cierto que el escritor indio ha admitido la influencia que Zamiatin causó en él.
Nosotros influyó mucho en la literatura popular de ciencia ficción que empezó abundar a partir de la década de los treinta, y la más clara influencia nos la muestra 1984, pero también se ve en otras obras literarias como Un mundo feliz de Aldous Huxley (aunque éste último no reconoció su deuda con Zamiatin), que muestra un estado mucho más opresivo; y cinematográficas, como la que presentó el director Fritz Lang en su película Metrópolis, así como otras más recientes tales como La fuga de Logan, Brazil o V de Vendetta.
María Bravo Sancha